El cohete chino Long March-5B Y2 fuera de control que tiene en vilo al mundo se aproxima a la Tierra y todavía no está claro dónde impactará, aunque en las últimas horas los expertos que monitorean su trayecto redujeron las áreas donde podría precipitarse.
El Pentágono norteamericano y las autoridades espaciales europeas prosiguen con el seguimiento continuo del artefacto.
En las últimas horas expertos militares estadounidenses señalaron que el cohete Long March 5B podría caer en la superficie en algún momento entre hoy y mañana.
Por su parte, desde Beijing decidieron restarle importancia al asunto asegurando que no había peligro. La probabilidad de causar daños es extremadamente baja”, dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin. La mayoría de los componentes se destruirán” al entrar en la atmósfera, agregó uno de los principales voceros de la propaganda de la autocracia china.
El jueves pasado, China lanzó el primero de los tres elementos de su estación espacial, la CSS, que fue propulsado por un cohete Long March 5B. Es el cuerpo de este cohete el que aterrizará en los próximos días.
Tras la separación del módulo espacial, el lanzador comenzó a orbitar el planeta en una trayectoria irregular, perdiendo altura lentamente, haciendo casi imposible cualquier predicción sobre su punto de entrada a la atmósfera, y por tanto de su punto de caída.
Por su parte, el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST) está monitoreando el cohete fuera de control, pero ve poco probable que caigan restos del mismo en zonas pobladas de la Tierra.
Este consorcio está desde hace varios días monitoreando el retorno a la atmósfera terrestre del gigantesco objeto espacial chino, que tiene una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y ha observado que esas dimensiones lo convierten en uno de los trozos más grandes que vuelven a la Tierra y que por lo tanto merece un monitoreo cuidadoso”.