La acelerada propagación de la nueva variante del coronavirus Delta” está llevando al mundo a una suerte de reedición de los primeros meses de la pandemia: más de cien países cerraron sus fronteras en los últimos días e impusieron distintas restricciones sociales para frenar los contagios de la flamante cepa.
Un recuento de las agencias internacionales estableció que sólo cinco países tienen completamente habilitado el ingreso de viajeros del extranjero, como en la antigua normalidad. Al contrario, más de un centenar de países cerraron sus fronteras para evitar el ingreso de la variante Delta, mientras que otros tantos las mantienen abiertas aunque con varias restricciones.
En Europa, la rápida propagación de la mutación del coronavirus impulsó a distintos países a restablecer las cuarentenas de viaje, mientras que varias ciudades de Australia están bloqueadas por un rebrote y Japón está lidiando con contagios entre los atletas llegados del extranjero.
La variante está causando preocupación incluso en los países más avanzados en su campaña de vacunación, como el Reino Unido, donde casi la mitad de la población ya recibió la pauta completa de la inmunización: sin embargo, el Gobierno de Boris Johnson puso a toda Europa en la lista amarilla de su semáforo epidemiológico, con la única excepción de Gibraltar, las Islas Baleares y Malta.
Es decir que para viajar a sus destinos de veraneo favoritos, los británicos deberán someterse a un test en el aeropuerto de origen y a otros dos a la vuelta, al mismo tiempo que purgarán cuarentena al regresar.
Otros países como Alemania prohibieron el ingreso de los viajeros desde Portugal y Rusia, donde la cepa está haciendo estragos, o mantienen sus puertas cerradas para la mayoría del planeta, como Francia. Incluso los países más abiertos al turismo, como Estados Unidos, reciben viajeros pero les exige un test negativo o cuarentena. China, en cambio, mantiene las fronteras cerradas a extranjeros sin permiso de residencia y sólo permite entrar a sus nacionales con un test negativo realizado en las 72 horas previas, además de exigirles realizar cuarentena.
Japón, que desde el comienzo del año viene planificando su estrategia para poder realizar los Juegos Olímpicos de Tokio -suspendidos el año pasado-, prohíbe el ingreso a extranjeros, salvo residentes o casos humanitarios esenciales. Sin embargo, pese a los cuidados, en las últimas semanas detectaron varios casos de Covid-19 entre los atletas extranjeros que ya están en el país.
En nuestra región, Chile renovó la semana pasada el cierre de fronteras que ya regía en el país para extranjeros no residentes y restringió la salida de sus nacionales para casos esenciales”: el propio gobierno de Sebastián Piñera advirtió que la persona que sale no vuelve”.