El conflicto mapuche en la región de la Araucanía de Chile no hizo más que intensificarse tras la militarización de la región por parte del presidente Sebastián Piñera con la declaración del estado de emergencia” constitucional, que el mandatario conservador se dispone a renovar nuevamente. Tal como anticipaban hace un mes los propios alcaldes de la región, la violencia recrudeció al punto de que ya llegaron los muertos.
Fuerzas de la infantería de Marina se enfrentaron en efecto el miércoles con comuneros mapuches, dejando un muerto y cuatro heridos producto del cruce de fuego. Un hecho que la Fiscalía Nacional de ese país aún investiga y cuyos hechos no están del todo claro.
La confusión es tal que Piñera salió a contradecir ayer a su propio Gobierno al informar que un mapuche (y no dos como habían informado su Gabinete) falleció el miércoles en el choque con las fuerzas de seguridad, versión que también fue apoyada por una organización de derechos humanos.
Antes, fuentes médicas y de la Fiscalía local habían informado que los fallecidos eran dos: una persona de 23 años y otra de 44, heridas en dos incidentes distintos en la región del Biobío, que habrían muerto cuando eran trasladados a un hospital. La versión fue confirmada luego por el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, pero Piñera salió poco después a aclarar que sólo una persona falleció y tres resultaron heridas.
El país fue víctima de un grupo terrorista”, señaló Piñera, quien aseguró que los Carabineros y las Fuerzas Armadas sufrieron emboscadas y ataques, cuya naturaleza y circunstancias están siendo investigadas por la Fiscalía”.
Sin embargo, los dirigentes mapuches dieron otra versión: dijeron que los policías abrieron fuego contra personas que protestaban contra la militarización de la zona y que intentaban liberar a dos mapuches detenidos sobre la ruta cuando iban en un auto que según la policía era robado.
El presidente Piñera decretó en octubre, y luego amplió por 15 días, la militarización en Biobio y la vecina región de La Araucanía tras una serie de hechos de violencia. Ambas regiones atraviesan un histórico conflicto entre el pueblo mapuche y el Estado por la propiedad de tierras, que los indígenas consideran propias por derecho ancestral y que fueron entregadas a privados, principalmente a empresas forestales y hacendados.