Arabia Saudita prorrogará la reducción de su producción de petróleo en 1.000.000 de barriles diarios (bd) para impulsar los precios al alza, indicó ayer el ministerio de Energía, al tiempo que Rusia anunció que en agosto bajará sus exportaciones en 500.000 bd.
A través de estas medidas, los principales productores de petróleo buscan estabilizar los precios en un mercado volátil, como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania del 24 de febrero de 2022 y de la vacilante recuperación económica de China.
Arabia Saudita, el peso pesado dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), decidió a principios de junio un nuevo recorte de producción con la esperanza de hacer subir los precios. La decisión tomada por el país árabe fue en el marco de la OPEP+, integrada por sus Estados fundadores y los que se sumaron a la organización luego. Entre los integrantes de la OPEP figuran: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán y Kuwait, Angola, Argelia, República del Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria y Venezuela, entre otros.
En el caso de Arabia Saudita, esa reducción, voluntaria, que entró en vigor este fin de semana continuará en agosto y “puede extenderse” más allá de este período, dijo la agencia oficial de prensa saudita, citando una fuente del ministerio de Energía.
Poco después del anuncio de Arabia Saudita, Rusia dijo que reducirá las exportaciones de petróleo en 500.000 barriles diarios en agosto. “Como parte de los esfuerzos para equilibrar el mercado, Rusia reducirá voluntariamente las entregas a los mercados petroleros en 500.000 barriles diarios en agosto”, dijo el vice primer ministro Alexander Novak.
Rusia ya había anunciado en febrero de este año una disminución de su producción de petróleo de 500.000 barriles diarios, una medida que dijo querer mantener hasta finales de 2024.
Arabia Saudita aspira a precios altos para su petróleo para financiar un ambicioso programa de reformas que podría permitir a su economía alejarse de los combustibles fósiles, pero los analistas creen que el país necesita un petróleo a US$ 80 por barril para equilibrar su presupuesto, un precio muy por encima de la media de los últimos años.
El Brent, el crudo de referencia en Europa, subió un 0,98% hasta U$ 76,15 el barril y su equivalente en Estados Unidos, el WTI, subió un 1,02% hasta US$ 71,36 el barril.