El continente europeo atraviesa una situación sin precedentes a raíz del repentino y veloz aumento en los costos de la energía, específicamente del gas y de la electricidad. El incremento es un efecto del veto a las importaciones de hidrocarburos rusos con el que avanzó el bloque europeo, además del recorte al suministro de gas ordenado por Rusia como parte del enfrentamiento de sanciones y contrasanciones por la guerra en Ucrania.
Al momento, diversos países de la Unión Europea (UE) preparan planes de ahorro energético antes del invierno. Alemania y España impusieron restricciones en la calefacción y el aire acondicionado en edificios públicos. Además de apagar las luminarias de los comercios durante la noche y exigir a las tiendas la instalación de puertas herméticas para evitar el desperdicio de energía. Francia, Italia y Portugal van por el mismo camino. La semana pasada la electricidad alcanzó los 562 euros megavatio por hora. En Alemania y Francia, los precios mayoristas de la electricidad para 2023 batieron nuevos récords, con 850 y más de 1.000 dólares por megavatio hora, respectivamente.
Ante la inestabilidad, República Checa realizó un llamado el viernes pasado para convocar a una reunión “urgente” con los ministros de Energía del bloque. Ayer, el canciller austriaco, Karl Nehammer, instó a “disociar el precio de la electricidad del precio del gas” para hacerlo bajar. “Debemos parar esta locura” dijo Nehammer y afirmó que eso es posible solamente en un marco europeo y no únicamente nacional.
Mientras tanto, Rusia mantiene la presión y en la víspera el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, emitió un mensaje para “los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE”. Afirmó que “debido a la subida del precio del gas a 3.500 euros (3.500 dólares) por 1.000 metros cúbicos, me veo obligado a elevar la proyección del precio hasta 5.000 euros (5.000 dólares) antes de finales de 2022”.
Subas del 80% en luz y gas
El viernes pasado, el regulador energético del Reino Unido, Ofgem, anunció que el tope del precio de las tarifas de los servicios de energía subirá hasta las 3.549 libras esterlinas (unos 4.190 dólares) desde octubre. Esto significa un 80% más en los servicios de gas y electricidad para el año calendario, es decir, en 12 meses.
A su vez, el regulador estimó que las tarifas podrían seguir incrementándose de forma “considerable” en 2023 superando las 5.000 libras (unos 5.900 dólares). Los británicos atraviesan una doble crisis a raíz del aumento en los costos de la energía y la inflación, que en octubre podría llegar al 13% interanual.
Tanto Ofgem como el Gobierno culpan al presidente ruso, Vladimir Putin, por los cortes en el suministro del gas y sus aumentos. No obstante y tras el anuncio, desde el Gobierno evitaron el contacto con la prensa y enfatizaron en la asistencia financiera prometida previamente de 400 libras por hogar que regirá a partir de octubre, pero que el precio de las facturas ya superaron.