El presidente estadounidense Joe Biden reconoció ayer que “se quedó dormido en el escenario” durante su desastroso debate de la semana pasada, y atribuyó su actuación al hecho de que había viajado “alrededor del mundo un par de veces” en las dos semanas previas al enfrentamiento con el ex presidente Donald Trump.
“Decidí viajar alrededor del mundo un par de veces, no sé cuántas zonas horarias”, explicó y sumó: “No es una excusa sino una explicación”. Los funcionarios de la Casa Blanca culparon al hecho de que Biden estaba resfriado en ese momento por su desempeño inconexo en el debate. Los comentarios de Biden se produjeron mientras la Casa Blanca luchaba por responder a un coro de ansiedad dentro del Partido Demócrata sobre si el presidente es capaz de montar una campaña ganadora contra Trump en noviembre.
En ese marco, según informó The New York Times, el jefe de la Casa Banca le dijo a un aliado clave que sabe que es posible que no pueda sostener su postulación si no puede convencer al público en los próximos días de que está capacitado para un segundo mandato. Es la primera vez que trasciende que Biden tiene en mente la posibilidad de renunciar a su postulación, porque tras el debate siempre dijo que no tirará la toalla. La información, sin embargo, fue desmentida por Washington. Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, dijo que la noticia de The New York Times era “absolutamente falsa” y que el diario no le dio tiempo suficiente para comentar sobre el tema.
La vicepresidenta Kamala Harris se posiciona así como la principal alternativa para sustituir Biden, si finalmente decide dar de baja su candidatura, según siete fuentes de alto nivel de la campaña de Biden. Si es nombrada candidata del partido, Harris, de 59 años, se haría cargo del dinero recaudado por la campaña de Biden y heredaría la infraestructura de la campaña, dijeron las fuentes. También tiene el mayor reconocimiento entre todas las alternativas, y marca más alto en las encuestas que el resto de los demócratas.