El líder de la derecha y ultraderecha brasileñas permanecía bajo arresto domiciliario en un condominio de lujo en la capital, monitoreado electrónicamente. El STF ya había rechazado, a mediados de noviembre, un recurso de su defensa para evitar el cumplimiento en régimen cerrado.
Reclamo de su defensa
Pese a la decisión judicial, los abogados del expresidente solicitaron “clemencia” e insistieron en que la prisión domiciliaria se mantuviera por “razones humanitarias”, alegando que Bolsonaro enfrenta delicadas condiciones de salud, entre ellas secuelas de la puñalada recibida en 2018, múltiples cirugías, episodios de hipo persistente, dificultades respiratorias y un reciente diagnóstico de cáncer de piel.
El plazo para la presentación de nuevos recursos por parte de la defensa vence el próximo lunes, mientras continúa el avance del proceso judicial.









