Los principales favoritos de la elección presidencial del 16 de noviembre en Chile, la comunista Jeannette Jara y el conservador José Antonio Kast, finalizaron sus campañas en la capital, Santiago, con mensajes centrados en la seguridad pública y con cruces de acusaciones que marcaron el tono final de la contienda.
Entre el martes y el jueves, los cuatro aspirantes mejor posicionados en las encuestas –Jara, Kast, la derechista Evelyn Matthei y el libertario Johannes Kaiser– realizan sus últimos actos antes del inicio de la veda electoral.
La candidata oficialista Jeannette Jara cerró su campaña con un multitudinario acto en Maipú, donde recalcó que la elección “no es solo sobre nombres, sino sobre dos visiones de país”.
“Por un lado, un proyecto que mira al futuro, y por otro, uno que pone al centro el miedo y la desesperanza”, dijo en alusión a Kast. Vestida con un traje púrpura y acompañada por su hijo de 19 años, la ex ministra de Trabajo destacó su compromiso con la seguridad y la estabilidad económica.
“Vamos a asegurar que cada familia chilena pueda llegar tranquila a fin de mes”, prometió ante miles de seguidores.
Analistas como Guillermo Holzmann advierten que la última etapa de la campaña estará marcada por la búsqueda del voto indeciso y el desgaste del electorado. “Hay una fatiga política creciente, y los candidatos apelan más a la pragmática que a la ideología”, explicó.
El temor ciudadano por la delincuencia domina el debate electoral, a pesar de que Chile sigue siendo uno de los países más seguros del continente. Según datos oficiales, más de 330.000 migrantes viven en situación irregular, en su mayoría venezolanos, lo que ha convertido la migración en otro eje central de la campaña.
Por su parte, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y figura de la ultraderecha chilena, reunió a unas 10.000 personas en el Movistar Arena, donde volvió a prometer “mano dura” contra la criminalidad.
“Queremos un país donde el delincuente tenga miedo y el ciudadano camine libre. Sin orden no hay libertad, y sin libertad no hay futuro”, afirmó, ante una multitud que agitaba banderas chilenas.
El candidato de 59 años acusó a Jara de ser “la continuadora de un gobierno fracasado”, en alusión al presidente Gabriel Boric, con quien la ex ministra colaboró en su gabinete.
Las diferencias ideológicas quedaron en evidencia durante el último debate televisivo antes de los comicios, donde los candidatos se enfrentaron durante casi cinco horas.
Kast evitó referirse a temas como el aborto, la eutanasia o el matrimonio igualitario, enfocándose en los tres ejes de su discurso: seguridad, migración y economía. Calificó al actual gobierno como “una administración fracasada que ha retrocedido en derechos sociales”, y reiteró que Jara representa la continuidad del oficialismo.
La abanderada comunista, en tanto, intentó marcar distancia del Palacio de La Moneda, destacando su gestión como ministra y la reforma previsional que impulsó. “Gobernar requiere experiencia y capacidad de construir acuerdos”, subrayó.
Jara encabeza los sondeos con entre 26% y 30% de intención de voto, seguida por Kast, con 20% a 25%. Sin embargo, ninguno lograría el triunfo en primera vuelta, por lo que se anticipa un balotaje el 14 de diciembre.
En el tercer puesto se ubica Evelyn Matthei, candidata de la derecha tradicional, mientras que el libertario Johannes Kaiser, fundador del Partido Nacional Libertario, ha sorprendido con un ascenso sostenido en las últimas semanas y ronda el 16% de apoyo.
Kaiser ha buscado diferenciarse de Kast con un discurso más radical: respalda la pena de muerte, la mano dura policial y plantea “aumentar todas las penas en todos los delitos”.
Matthei, por su parte, elevó el tono en el último debate. “No me escondí nunca detrás de un vidrio”, ironizó, aludiendo a las medidas de seguridad que Kast utilizó en uno de sus actos.
La ex ministra de Trabajo destacó su “capacidad de gestión” y el respaldo de figuras técnicas que formaron parte de su equipo en la pandemia.
Más de 15,7 millones de chilenos están habilitados para votar este domingo en las elecciones presidenciales y parlamentarias, en un proceso con voto obligatorio.
De no alcanzar ningún candidato la mayoría absoluta, los dos más votados se medirán en segunda vuelta el 14 de diciembre, en una contienda que podría definir el rumbo político de Chile para los próximos años.









