Un allanamiento inédito al Palacio de Gobierno y otro a la casa familiar de Pedro Castillo en Cajamarca, así como un nuevo intento en el Congreso para destituirlo por “traición a la patria”, complicaron nuevamente ayer la situación del presidente de Perú, a quien la oposición busca desalojar del cargo.
La situación del mandatario se agravó aún más por la tarde cuando el abogado Benji Espinoza anunció su renuncia a la defensa del mandatario y su esposa, sin revelar el motivo.
“Palacio y la casa presidencial han sido violentados con un allanamiento ilegal avalado por un juez, coincidentemente cuando se está solicitando mi inhabilitación por cinco años para arrebatarle al pueblo peruano su legítimo gobierno”, dijo anoche Castillo, tras la operación que pretendía aprender a su cuñada Yénifer Paredes, de paradero desconocido.
Castillo calificó a la operación como “show mediático”, fruto de “una confabulación entre una parte del Congreso, la Fiscalía de la Nación y un sector de la prensa” para “desestabilizar el orden democrático”, y la comparó con otras acciones en su contra, como la pretensión de algunos congresistas de suspenderlo del cargo por supuestamente haber planteado una entrega de salida al mar para Bolivia. Lo cierto es que la Policía extendió la búsqueda de su cuñada a la casa familiar del mandatario, tras allanar hasta el Palacio de Gobierno, pero hasta anoche no la había encontrado.