La justicia venezolana condenó este miércoles a 30 años de prisión, la pena máxima prevista por la legislación del país, a Rafael Tudares Bracho, yerno del ex candidato presidencial Edmundo González Urrutia, quien calificó el fallo como una “represalia” por su reivindicación del triunfo en las pasadas elecciones.
Tudares Bracho enfrentaba cargos por “terrorismo” y “conspiración”, entre otras acusaciones. La sentencia fue informada por su familia, que denuncia su “desaparición forzada” desde que fue “secuestrado”. Su detención ocurrió el 7 de enero, cuando —según relató entonces González Urrutia— fue interceptado por hombres encapuchados mientras se dirigía a la escuela con sus dos hijos.
El juicio que derivó en la condena se realizó en una única audiencia celebrada el 28 de noviembre, y la sentencia le fue comunicada de forma telemática el lunes pasado.
“Rafael es inocente”, afirmó en un comunicado Mariana González de Tudares, quien también denunció que su esposo no pudo designar abogados de confianza y que el defensor público asignado no brindó información clara sobre el proceso.
Por su parte, González Urrutia sostuvo que la decisión carece de sustento jurídico y es “incompatible con la Constitución”.
Yo Mariana González de Tudares, esposa de Rafael Tudares Bracho. Quiero denunciar ante todos los hombres y mujeres de bien de nuestro pais y el mundo, el secuestro de mi esposo por hombres encapuchados, se llevaron nuestro carro y bajaron a nuestros hijos. pic.twitter.com/kbpBvNyLTt
— Mariana Gonzalez de Tudares (@MarianaGTudares) January 7, 2025
El caso se produce en un contexto de creciente presión internacional sobre el sistema judicial venezolano y de fuertes cuestionamientos de organizaciones de derechos humanos por la persecución a opositores.
Además, desde finales de agosto, la Casa Blanca acusa a las autoridades venezolanas de encabezar un presunto cártel de drogas y ha ordenado un despliegue militar en aguas caribeñas próximas al país. Caracas rechaza estas acusaciones y denuncia que dicha operación amenaza la estabilidad regional y busca forzar un cambio de gobierno.
En este marco, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, confirmó que mantuvo hace poco más de una semana una conversación telefónica con su par estadounidense, Donald Trump, en medio de lo que Caracas considera amenazas militares por parte de Estados Unidos. “Desde la Casa Blanca llamaron al Palacio de Miraflores y tuve una conversación con el presidente Trump”, reveló por la televisora estatal.
Maduro señaló que la charla se desarrolló en un tono respetuoso y cordial, y reiteró que su gobierno está abierto al diálogo y a “tejer puentes de entendimiento” con Estados Unidos. “Si esa llamada significa pasos hacia un diálogo respetuoso, bienvenido; siempre buscaremos la paz”, sostuvo. También aseguró que el pueblo estadounidense “está cansado de guerras eternas”.
En medio de esta escalada, el Gobierno venezolano destacó este miércoles el respaldo de Irán frente a las presiones de Estados Unidos. El canciller Yván Gil confirmó, tras reunirse con el embajador iraní Ali Chegini, que ambos países ratificaron su alianza estratégica centrada en la defensa de la soberanía y la cooperación política y social.
“Esta colaboración nos permitirá profundizar la defensa de nuestra soberanía política, popular y territorial”, afirmó Gil, quien agradeció la solidaridad iraní frente a las amenazas de Washington. Recordó además que la relación bilateral se ha fortalecido en áreas como energía, industria, ciencia y diplomacia multilateral. “Venezuela e Irán continuarán abogando por la justicia y una diplomacia de paz”, añadió.









