El reactor nuclear finlandés Olkiluoto 3, el mayor de Europa, comenzó ayer a producir electricidad tras 18 años de obras. Con 1600 megavatios, suministra alrededor del 14% de la producción de electricidad finlandesa.
La noticia se confirmó luego de que Alemania decidiera abandonar definitivamente la energía nuclear al desconectar sus últimas tres centrales activas, en una decisión tomada por una combinación de factores históricos y medioambientales que no fue revertida pese a la crisis que generó en Europa el veto a las importaciones de gas ruso.
“Hay varias razones históricas que explican la reticencia de Alemania hacia la energía nuclear. Una es que se vio directamente afectada por la lluvia radiactiva del accidente de Chernobil debido a la dirección en que soplaban los vientos. Una segunda es que se convirtió en un país fuertemente pacifista como consecuencia de su responsabilidad durante la Primera y, sobre todo, la Segunda Guerra Mundial”, explicó Miranda Schreurs, docente de Medio Ambiente y Política Climática en la Universidad Técnica de Múnich.
Contrario a lo que sucede en Berlín, según una encuesta publicada en mayo, un 60% de los finlandeses apoyan la apertura del reactor Olkiluoto.