Los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos publicaron este miércoles una serie de correos electrónicos de Jeffrey Epstein en los que el magnate financiero insinuaba que el entonces empresario y hoy presidente Donald Trump conocía los abusos sexuales que cometía y que incluso pasó horas en su casa con una de las víctimas.
La correspondencia, difundida por el Comité de Supervisión del Congreso, forma parte de miles de páginas de documentos obtenidos durante la investigación sobre las redes de explotación sexual que operó Epstein, quien se suicidó en prisión en 2019.
En uno de los mensajes, fechado en abril de 2011 y dirigido a Ghislaine Maxwell, su colaboradora posteriormente condenada, Epstein escribió: “Quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado es Trump”. Agregó además que una de sus víctimas “pasó horas en mi casa con él, y nunca se lo ha mencionado”. Maxwell respondió brevemente: “He estado pensando en eso.”
Otro correo, enviado en enero de 2019 al autor Michael Wolff, afirmaba que Trump “sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”. En aquel momento, Trump cumplía su primer mandato como presidente y Wolff acababa de publicar un libro crítico sobre su administración.
Un tercer intercambio entre Epstein y Wolff, de diciembre de 2015, muestra al financiero intentando coordinar una estrategia mediática para Trump durante las primarias republicanas. Ante la posibilidad de que CNN le preguntara sobre su relación con Epstein, este escribió: “Si pudiéramos elaborar una respuesta para él, ¿cuál cree que debería ser?”
Wolff le aconsejó no intervenir: “Déjalo que se ahorque solo. Si niega haber estado en tu casa o en tu avión, eso te da una valiosa moneda de relaciones públicas y política”, respondió.
Los demócratas del Comité de Supervisión aseguraron que los correos plantean “preguntas evidentes sobre qué más está ocultando la Casa Blanca y la naturaleza de la relación entre Epstein y el presidente”.
El representante Robert García, demócrata por California, dijo en un comunicado que los documentos “reabren interrogantes sobre por qué la administración Trump se negó a liberar por completo los archivos de Epstein, pese a las promesas de transparencia hechas en campaña”.
Los mensajes fueron enviados después del acuerdo judicial de Epstein en 2008 en Florida, por el que evitó cargos federales más graves, y años después de su supuesto distanciamiento con Trump a comienzos de los 2000.
Trump ha negado de forma categórica cualquier relación con los delitos de Epstein. Ha dicho que lo conoció en la década de 1990, cuando ambos frecuentaban los mismos círculos sociales en Palm Beach y Nueva York, pero que luego se distanciaron.
“Epstein era un tipo repugnante”, dijo Trump en una entrevista reciente. También calificó las preguntas de los demócratas sobre el tema como un “engaño político”.
Sin embargo, fotografías y videos antiguos muestran a ambos en eventos sociales, incluido uno en Mar-a-Lago en 1992, donde se los ve conversando animadamente.
La publicación de los correos coincidió con una nueva ofensiva legislativa de los demócratas, que buscan obligar a la administración Trump a hacer públicos todos los materiales relacionados con Epstein.
La medida podría someterse a votación en los próximos días, tras la incorporación de la congresista Adelita Grijalva, cuya firma es clave para reunir el apoyo necesario.
La Casa Blanca ha rechazado la iniciativa, argumentando motivos legales y de privacidad, mientras que el FBI reiteró esta semana que “no hay información creíble de que Epstein haya traficado mujeres” a nivel internacional, pese a las numerosas acusaciones.
El Comité aclaró que los nombres de las víctimas y cualquier dato identificatorio fueron eliminados antes de la publicación, y que aún no se conoce el contexto completo de las conversaciones electrónicas.
Epstein, que fue hallado muerto en una celda federal en 2019, mantenía vínculos con numerosas figuras del poder político y financiero, incluyendo al príncipe Andrés del Reino Unido, quien enfrenta denuncias por su relación con una de las víctimas.
Los nuevos correos prometen reavivar el debate político y mediático sobre el caso, y podrían complicar los esfuerzos de Trump por distanciarse de uno de los escándalos más explosivos de la última década en Estados Unidos.









