El Gobierno chino exigió este jueves a Japón que retire de inmediato sus “comentarios injustificados” sobre Taiwán, luego de que la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, advirtiera que “el uso de la fuerza contra Taiwán” por parte de Pekín podría representar una “situación que amenace la supervivencia” de Japón.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, calificó las declaraciones como “una flagrante interferencia en los asuntos internos de China” y advirtió que Tokio deberá asumir las consecuencias si mantiene esa postura.
“El intento de la líder japonesa por involucrarse en los asuntos del estrecho es una grave afrenta a la justicia internacional y una provocación al orden posterior a la Segunda Guerra Mundial”, dijo Lin. “Si Japón se atreve a inmiscuirse, se topará con una firme respuesta por parte de China”, aseveró.
Lin Jian afirmó que las declaraciones de Takaichi violan el principio de “una sola China” y los acuerdos políticos bilaterales firmados entre ambos países.
El portavoz pidió a Japón “cesar sus acciones provocadoras” y “no jugar con fuego en la cuestión de Taiwán”, recordando que este año se cumplen 80 años de la victoria china sobre Japón y de la recuperación de Taiwán por parte de China.
“Japón debe arrepentirse plenamente de sus crímenes de guerra y dejar de interferir en los asuntos internos de China”, subrayó.
En paralelo, el ministro japonés de Exteriores, Toshimitsu Motegi, pidió a Pekín que actúe contra su cónsul general en Osaka, Xue Jian, quien escribió en la red social X una publicación en la que afirmaba: “No tenemos más remedio que cortar la cabeza inmunda de Takaichi».
La publicación, ya eliminada, provocó una ola de indignación en Tokio. Motegi lamentó las “repetidas declaraciones inapropiadas” del diplomático durante una conferencia de prensa celebrada en Canadá, donde participa en la reunión ministerial del G7.
China respondió que el mensaje fue escrito a título personal por el cónsul y no representa la posición oficial de Pekín.
Varios dirigentes japoneses, como Takayuki Kobayashi (Partido Liberal Democrático) y Kenta Izumi (oposición), exigieron la expulsión inmediata del cónsul.
Desde Taipéi, el ministro taiwanés de Exteriores, Lin Chia-lung, advirtió que comentarios de ese tipo “podrían incitar el sentimiento antijaponés” en China y agravar las tensiones.
Taiwán, ubicado a poco más de 100 kilómetros de Japón, sostiene que la República de China y la República Popular China “no están subordinadas entre sí”. Pekín, por su parte, reafirma el principio de “una sola China” y rechaza cualquier intento de reconocimiento internacional a Taipéi, capital de Taiwán.
El incidente se produce en un año simbólico para China, que conmemora el 80º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia contra Japón y la Segunda Guerra Mundial, así como la recuperación de Taiwán.
En ese contexto, Pekín busca reafirmar su soberanía histórica sobre la isla y limitar las expresiones de apoyo extranjeras a Taipéi, mientras Tokio refuerza su cooperación con EE.UU. ante el aumento de las tensiones en el Indo-Pacífico.









