La decisión del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, de autorizar la tenencia y porte de armas de uso civil desató una ola de críticas.
“En un país tan corrupto, el permiso de porte de armas será vendido con facilidad, y las armas en manos de civiles son un peligro para toda la sociedad, incluso para la misma policía”, dijo el ex asambleísta y abogado Ramiro Aguilar.
El general de policía retirado y ex ministro de Interior de Lasso, Patricio Carrillo, admitió que la medida va en la dirección contraria al resto de naciones. “No podemos ir contracorriente, la mayoría de sociedades han eliminado el acceso a las armas”, dijo.
Por otro lado, la ex subsecretaria de Derechos Humanos, Emilia Carrasco, expresó: “Está demostrado que la mejor forma de combatir la delincuencia y el crimen es reducir la desigualdad y la pobreza”.