Daniel Noboa recibió ayer la banda presidencial de Ecuador y el bastón de mando en la ceremonia de asunción, en la que prometió reducir la violencia y reactivar la economía a través de reformas urgentes. Noboa, de 35 años, ganó el ballotage del 15 de octubre con su partido Acción Democrática Nacional (ADN), después de que el presidente saliente, Guillermo Lasso, acortara en mayo su propio mandato y disolviera el Legislativo gracias a una “muerte cruzada”, tras apenas dos años y medio de una gestión dominada por la ingobernabilidad, un aumento descontrolado de asesinatos por la violencia narco y grandes desafíos económicos acarreados desde la pandemia.
“El Ecuador ha pasado tiempos muy difíciles: retos económicos, de seguridad y la muerte; la real y la política […] Creo en un Estado que tiene como primer objetivo reducir la violencia y volver del progreso una costumbre. Más allá de todos los retos que tenemos, creo en el Ecuador, en el cambio y en su futuro”, dijo Noboa en su discurso de posesión en la nueva Asamblea Legislativa.
La carrera para alcanzar la presidencia, en la que Noboa venció a la correísta Luisa González, estuvo marcada por la violencia con el trágico asesinado del candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto. “Para combatir la violencia hay que atacar la desocupación, el país necesita empleo y para generarlo enviaremos reformas urgentes a la Asamblea, que deben ser tratadas con responsabilidad y pensando primero en el país”, puntualizó.
Noboa solo gobernará hasta mayo de 2025, fecha en que Lasso debía concluir su mandato. Por lo que en apenas 18 meses, el nuevo mandatario de Ecuador tendrá que enfrentar estos grandes desafíos. Para eso, hizo un llamado a la unidad, apelando tanto a los legisladores opositores como a los ecuatorianos que no lo eligieron en las urnas. “Les pido que sumemos esfuerzos. El ‘anti’ tiene techo, el ‘pro’ es infinito”, dijo.