El futuro ministro de Justicia de Brasil, Flavio Dino, aseguró hoy que se mantiene el plan para la ceremonia de asunción del domingo de Luiz Inácio Lula da Silva, después de la detención de un seguidor del presidente Jair Bolsonaro que planeaba detonar un camión de combustible ese día para “sembrar el caos”.
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“Todas las personas que vendrán a la asunción participarán de un evento en paz y regresarán en paz a sus casas», indicó Dino y afirmó que «ningún grupo terrorista o extremista» podrá obstruir las instituciones democráticas de Brasil.
«No hay lugar para eso en Brasil. No tienen espacio, no tienen espacio, no ganaron, no ganarán», repitió el ministro en declaraciones a la prensa luego de una reunión con el gobernador del Distrito Federal (DF), Ibaneis Rocha, sobre la seguridad de la ceremonia que tendrá lugar el domingo próximo.
Rocha, por su parte, informó que todo el personal de la Policía Militar del Distrito Federal estará el día de la toma de posesión para garantizar la seguridad en la ceremonia.
Además, según él, se emplearán policías civiles del DF, quienes actuarán encubiertos entre la ciudadanía.
En una conferencia con la prensa, Dino también informó que la expectativa es que el campamento de militantes bolsonaristas ubicado frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, sea completamente desmantelado antes de la asunción.
Los seguidores de Bolsonaro acampan en los cuarteles desde la victoria de Lula en la segunda vuelta electoral del 30 de octubre y exigen la intervención militar para que el líder del PT no asuma el cargo.
El empresario George Washington Oliveira Souza, detenido el sábado pasado bajo sospecha de haber intentado volar un camión cisterna cerca del aeropuerto de Brasilia, admitió haber frecuentado ese campamento.
Dijo que su motivación para hacer estallar la bomba era crear caos para evitar que Lula asuma la presidencia.
El futuro ministro de Defensa, José Múcio, que también participó de la reunión con el gobernador del DF, dijo que las próximas autoridades no están preocupadas por los campamentos bolsonaristas, que «en general han sido pacíficos» y seguramente se «desactivará de forma natural» en los próximos días.
Pero dejó claro que el futuro gobierno «combatirá con todo el rigor» situaciones como las del sábado.
El intento de atentado suma presión sobre la ceremonia de toma de posesión de Lula, a la que está previsto que acudan casi una veintena de jefes de Estado, además de cientos de miles de simpatizantes de izquierda.
Según O Globo, una de las ideas que evalúan los organizadores del acto es que Lula no desfile en un auto descubierto, sino en uno blindado.
«Todo se decidirá en vísperas de la inauguración, cuando tengamos el escenario final de los hechos. Todavía no hay una decisión sobre el vehículo blindado, pero estas y otras medidas están sobre la mesa, en evaluación”, dijo al medio una fuente vinculada a la seguridad.
Tras el intento de ataque de Oliveira Souza, el equipo de seguridad de Lula monitorea a diario los posibles escenarios.
Un dato que llamó la atención es que el seguidor bolsonarista logró ingresar al Senado a fines de noviembre durante una reunión de comisión en la que se trató el tema de las elecciones, lo que llevó a endurecer las normas de seguridad para el acceso a los edificios legislativos.