Desde este miércoles entraron en vigor en Estados Unidos aranceles del 50% sobre importaciones procedentes de India, que hasta principios de agosto eran del 25%. La decisión del presidente Donald Trump busca castigar a Nueva Delhi por mantener sus compras de crudo a Rusia, una de las principales fuentes de financiamiento de Moscú en la guerra contra Ucrania.
Aunque la medida no alcanza a todos los rubros, quedan exentos los productos farmacéuticos, los semiconductores, los teléfonos inteligentes, además del acero, el aluminio y los automóviles, analistas advierten que la magnitud del nuevo arancel equivale prácticamente a un embargo comercial y podría golpear con fuerza a las pequeñas y medianas empresas indias.
En 2024, Estados Unidos fue el principal destino de las exportaciones de India, con envíos por más de 87.000 millones de dólares. Sin embargo, exportadores ya venían alertando sobre la caída de pedidos y la posible pérdida de puestos de trabajo si la medida se confirmaba.
La administración Trump, que desde su regreso a la Casa Blanca en enero ha impuesto nuevos gravámenes a aliados y rivales, lanzó además investigaciones sobre otros sectores clave, lo que anticipa futuros aumentos.
Desde Nueva Delhi, el gobierno calificó la suba arancelaria como “injusta, injustificada e irrazonable” y advirtió que la decisión podría empujar al país a estrechar aún más sus vínculos económicos con China.