Estados Unidos ordenó ayer la salida de los empleados no esenciales y sus familiares de la embajada estadounidense en Níger, país al que el Banco Mundial le suspendió los pagos “para todas sus operaciones y hasta nueva orden”, mientras el gobierno surgido de un reciente golpe militar rechazó las sanciones al país y llamó a “derrotar a quienes quieren infligir sufrimientos” al pueblo.
En paralelo, jefes castrenses de los miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) abrieron ayer dos días de discusiones en Abuya, Nigeria, para adoptar decisiones en conjunto, aunque un responsable ya adelantó que una intervención militar es “la última opción”.
El jefe del autodenominado Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP), el general Abdourahmane Tchiani, antiguo jefe de la Guardia Presidencial y ahora líder del país tras el golpe de estado, rechazó mientras las sanciones “ilegales, injustas e inhumanas” impuestas tras la asonada. “El Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP) rechaza en su conjunto sus sanciones y se niega a ceder ante cualquier amenaza, venga de donde venga”, declaró el líder golpista en un discurso.
Cientos de personas se manifestaron ayer en la capital de Níger, Niamey, para expresar su respaldo a la junta militar que derrocó al presidente Mohamed Bazoum. Los manifestantes, algunos de ellos con banderas rusas, se juntaron en la Plaza de la Concertación, en el centro de la ciudad, convocados por miembros de la organización civil M62. El acto coincidió con el 63º aniversario de la independencia de Níger de Francia, que actualmente tiene unos 1.500 soldados en el país para ayudar a combatir a los grupos yihadistas con presencia en el país. Desde el golpe de Estado del 26 de julio, las relaciones con Francia se han deteriorado.
Tchiani consideró a las sanciones contra el CNSP “y el pueblo de Níger” como un intento de interferir en los asuntos internos del país, por lo que instó a la unidad del pueblo “para derrotar a todos aquellos que quieren infligir sufrimientos indecibles” y “desestabilizar” la situación. Además, reconoció que las próximas semanas “serán ciertamente difíciles”, ya que “quienes se nos oponen no tienen límites a la hora de defender sus intereses egoístas”.