En el marco de los 10 años del papa Francisco al frente de la Santa Sede, el sumo pontífice dio una serie de entrevistas y dejó varias definiciones en los últimos días en referencia a temas sensibles de la agenda internacional actual. Uno de ellos fue el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, en el que también participan varios países europeos, Estados Unidos y ahora también China.
En ese marco, Jorge Bergoglio aseguró estar dispuesto a viajar a Kiev, pero con la condición de ir también a Moscú, para ofrecer a los líderes de Ucrania y Rusia el “servicio de paz” que promueve el Vaticano con el objetivo de poner fin a la guerra iniciada hace más de un año.
“Yo estoy dispuesto a ir a Kiev. Quiero ir a Kiev. Pero con la condición de ir a Moscú. Voy a los dos lugares o a ninguno”, dijo en una entrevista con La Nación, en la que consideró que un viaje a la capital rusa “no es imposible”. En ese sentido, también se refirió al presidente ruso, Vladimir Putin: “Es culto. A mí me visitó tres veces acá como jefe de Estado y se puede llevar una conversación de alto nivel con él”.
Al ser consultado sobre si lo que estaba ocurriendo en Ucrania era un “genocidio”, el sumo pontífice respondió que esa es una “palabra técnica” y, por lo tanto, “no sabría definirlo”, aunque aclaro que “cuando se bombardean escuelas, hospitales, refugios, la impresión es no tanto ocupar un lugar, sino destruir”.
Otra pregunta que se le hizo fue si es verosímil que haya una reunión en el Vaticano entre Putin y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “Tan así, Zelenski y Putin, no lo sé. Pero es verosímil una reunión mundial, de delegados mundiales sobre esto”, respondió. Por último, Francisco aseveró que no hay un plan de paz promovido por el Vaticano, pero lo que sí existe es un “servicio de paz”, al que definió como un trabajo diplomático que tiene el “deseo de servir a la paz”.
Nicaragua y El Vaticano acordaron suspender relaciones
El gobierno de Nicaragua afirmó ayer que acordó con el Vaticano una “suspensión de las relaciones diplomáticas”, después de que el papa Francisco calificara de dictadura “grosera” y “hitleriana” a la administración del presidente Daniel Ortega.
“El gobierno de reconciliación y unidad nacional de nuestra Nicaragua, bendita y siempre libre, precisa que entre el Estado Vaticano y la República de Nicaragua se ha planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas”, mencionó un comunicado de la Cancillería nicaragüense.
“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige; ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz, quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, había dicho el sumo pontífice.
La situación en Nicaragua “es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera a traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas”, dijo el papa. “Son un tipo de dictaduras groseras, o, para usar una distinción linda de la Argentina, guarangas”, agregó.