En medio de la carrera entre Estados Unidos y China por la primacía de la Inteligencia Artificial (IA), el Vaticano publicó ayer un documento sobre este tema cada vez más desafiante, en el que recordó que la IA “sólo debe utilizarse como una herramienta complementaria de la inteligencia humana”, con ética y responsabilidad y advirtió que el hombre corre el riesgo de volverse “esclavo de su propia obra”.
Titulado “Antiqua et Nova [en referencia a la antigua y nueva sabiduría], nota sobre la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana”, el nuevo texto reflexiona sobre todo lo expresado sobre esta cuestión cada vez más delicada y de influencia global por el papa Francisco, sus antecesores y la Iglesia católica en general en los últimos años, en mensajes, encíclicas, audiencias y demás documentos.
Reconoce las oportunidades y potencialidades de la IA, pero también advierte sobre sus peligros y riesgos en los diversos campos: educación, economía, trabajo, sanidad, arte, relaciones internacionales e interpersonales, medio ambiente y contextos de guerra.
Y, para evitar que el hombre se convierta en esclavo de las máquinas, con consecuencias impensables, plantea la necesidad de ulteriores consideraciones y regulaciones sobre su uso, para que quede garantizado el bien común y se respete la dignidad de las personas.