Más de 130 años después de uno de los casos judiciales más escandalosos y divisivos de su historia, Francia dio un paso clave hacia la reparación simbólica de Alfred Dreyfus, el oficial judío injustamente condenado por traición en 1894. La Asamblea Nacional aprobó este lunes, por unanimidad, una propuesta para ascenderlo póstumamente al rango de general de brigada, como forma de reivindicar su nombre y honrar su compromiso con la República.
La iniciativa legislativa, que recibió el respaldo de los 197 diputados presentes, fue presentada en un contexto de creciente preocupación por el aumento de los actos antisemitas en el país. El diputado centrista Charles Sitzenstuhl, uno de los impulsores del proyecto, afirmó que este ascenso «sería un acto de reparación y un homenaje merecido a los méritos y valores republicanos de Dreyfus». Además, recordó que el antisemitismo que marcó su condena no es un fenómeno del pasado, y llamó a combatir todas las formas de discriminación.
El proyecto debe ahora seguir su curso en el Senado antes de convertirse en ley.
Un símbolo de injusticia y antisemitismo
El «Caso Dreyfus» comenzó en 1894, cuando el entonces capitán del Ejército fue acusado y condenado por espiar para Alemania. Sin pruebas concluyentes y en un ambiente cargado de prejuicios antisemitas, Dreyfus fue degradado públicamente y enviado al exilio en la remota isla del Diablo, en la Guayana Francesa, donde soportó condiciones infrahumanas.
El proceso provocó una profunda crisis política y social en Francia. El célebre escritor Émile Zola publicó en 1898 su carta abierta “J’accuse” (“Yo acuso”), denunciando la conspiración que llevó a la condena del militar y señalando a los responsables del encubrimiento. Tras una larga batalla judicial y pública, en 1906 la Corte de Casación revocó la sentencia y declaró inocente a Dreyfus, permitiéndole regresar al Ejército.
Sin embargo, el reconocimiento no fue completo. Aunque se lo nombró jefe de escuadrón, su carrera militar quedó truncada por los años perdidos injustamente. Abandonó el Ejército en 1907, aunque volvió a servir durante la Primera Guerra Mundial.
Reivindicación pendiente
En 2006, el entonces presidente Jacques Chirac admitió que la justicia con Dreyfus nunca fue plenamente restaurada, y en 2021, el actual mandatario Emmanuel Macron abogó públicamente por concederle el grado de general de manera simbólica. Hoy, esa reivindicación parece más cerca de concretarse.
El caso Dreyfus ha sido revisitado en múltiples ocasiones como un ejemplo paradigmático de antisemitismo institucional y de lucha por la justicia. Su historia fue llevada al cine en 2019 por el director Roman Polanski en la película «El oficial y el espía».
Con esta decisión, Francia busca cerrar un capítulo oscuro de su historia, honrando no solo a Dreyfus como individuo, sino también a los valores republicanos que durante décadas se vieron comprometidos por la injusticia.