En medio de la ofensiva militar rusa, y después de que el Kremlin reivindicara la toma de Krasnoarmeysk (región de Donetsk) y Volchansk (región de Járkov), el presidente Vladimir Putin recibió este martes en Moscú al enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, y al yerno del mandatario Donald Trump, Jared Kushner, para explorar un posible acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania.
“Rusia no tiene intención de luchar contra Europa, pero si Europa empieza, estaremos preparados de inmediato”, advirtió Putin, quien acusó además a los gobiernos europeos de bloquear un acuerdo entre Washington y Moscú. Según el mandatario, “los líderes de Kiev parecen vivir en otro planeta”.
En este clima de tensión, Putin amenazó con cortar el acceso de Ucrania al mar en respuesta a los ataques con drones contra petroleros de la «flota en la sombra» rusa en el Mar Negro. Desde Kiev, el ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, replicó que estas declaraciones demuestran que Putin “no está listo para poner fin a la guerra”.
Antes de reunirse con Witkoff en el Kremlin —encuentro para el cual el enviado estadounidense debió esperar varias horas— Putin reiteró su disposición a endurecer la ofensiva. De la reunión participaron también Dmitriev, el asesor presidencial Yuri Ushakov, y un equipo de intérpretes.
Witkoff llegó a Moscú con un borrador consensuado entre Washington y Kiev en Ginebra, una versión revisada del plan de 28 puntos que ya concedía amplias demandas al Kremlin y dejaba a Ucrania cerca de la capitulación. El encuentro tuvo lugar luego de que Washington expresara su confianza en el plan negociado en parte en Florida.
“La administración se siente muy optimista”, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Aunque los detalles siguen sin conocerse, la propuesta original incluía el retiro de tropas ucranianas de zonas de Donetsk aún bajo control de Kiev y el reconocimiento de Donetsk, Lugansk y Crimea como territorios rusos.
Sin embargo, Moscú no muestra intención de ceder. Putin aseguró estar preparado para una guerra con Europa “desde ya mismo” y ordenó crear una “zona de seguridad” a lo largo de toda la frontera con Ucrania, ampliando todavía más los reclamos territoriales.
Analistas consideran que Rusia busca consolidar sus avances para fortalecer su posición en una futura negociación. La caída de Krasnoarmeysk, un nudo clave de carreteras y ferrocarriles, dificulta el abastecimiento de Kiev y abre el camino hacia Kramatorsk y Sloviansk, dos de las principales ciudades de Donetsk aún bajo control ucraniano.
Un análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) indicó que el mes pasado Rusia logró su mayor avance territorial desde noviembre de 2024. Para fines de noviembre, las tropas rusas controlaban total o parcialmente el 19,3% del territorio ucraniano, según esa revisión.









