El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, espera que Irán evite atacar a Israel si prospera un acuerdo de alto el fuego en Gaza. “Esa es mi esperanza”, confesó el mandatario ayer a los periodistas en Nueva Orleans, mientras los mediadores internacionales intentan que las negociaciones se reanuden en Egipto.
Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido apoyaron en un comunicado hecho público por la Casa Blanca “la defensa de Israel contra la agresión iraní”, al tiempo que reclamaron nuevas conversaciones para un alto el fuego en Gaza. “Pedimos a Irán que renuncie a sus amenazas constantes y advertimos de las graves consecuencias en caso de que se produjera un ataque de ese tipo”, puede leerse en la declaración conjunta.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Irán rechazó el llamamiento, afirmando que “carece de lógica política y contradice los principios de la legalidad internacional”. Además, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, visitó Moscú, donde agradeció a su homólogo ruso, Vladímir Putin, su apoyo al pueblo palestino. “Creemos en vosotros, confiamos en vosotros y sentimos vuestro apoyo”, dijo Habbas durante la reunión mantenida entre ambos.
La frontera la septentrional de Israel, fronteriza con el Líbano, es la que se pondrá al rojo vivo si Irán se decide a atacar al Estado judío. Teherán manejaba al cierre de esta edición el factor sorpresa. Su principal aliado es el Movimiento Hezbollah. El líder de Hezbollah es Hassan Nasrallah, quien dijo que su grupo responderá a Israel “sin importar las consecuencias” y que mantener a los israelies en la ansiedad de la espera del ataque “es parte del castigo”.
En paralelo, el secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, condenó ayer la visita del ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, a la Explanada de las Mezquitas, y afirmó que estas son “acciones provocativas” que solo incrementarán las tensiones en la región. Blinken subrayó en un comunicado publicado por el Departamento de Estado que Washington se opone “firmemente” a estas acciones, que demuestran “un flagrante desprecio por el ‘statu quo’ histórico de los lugares sagrados de Jerusalén”. “Estas acciones provocativas no hacen más que exacerbar las tensiones en un momento crucial”, sumó.