Un hospital de Gaza fue escenario ayer de una de esas tragedias que suelen cambiar el curso de una guerra. Al menos 500 palestinos murieron, según las autoridades de la Franja, en un bombardeo presuntamente israelí a Al Ahli al Arabi, un hospital en el corazón de la capital que estaba repleto tanto de pacientes como de personas que se refugiaban de los ataques aéreos.
El ejército israelí, por contra, replicó que la explosión fue fruto de un “lanzamiento fallido” de cohetes por parte de la Yihad Islámica. De confirmarse la autoría israelí, la tragedia del hospital gazatí sería una de las mayores matanzas jamás causada por un bombardeo de su ejército.
Las imágenes procedentes del lugar mostraron a decenas de cadáveres trasladados al hospital Al Shifa, también en la capital. Al Jazeera difundió un vídeo que recoge el momento de la enorme explosión. El número de muertos en los 11 días de bombardeos ya superaba los 3.000, casi un tercio de ellos son menores, según datos del Ministerio de Sanidad.
El ejército israelí señaló que el análisis de sus “sistemas operativos” muestra el lanzamiento contra Israel de “una descarga de cohetes enemigos” que “pasó a través de las cercanías del hospital cuando fue alcanzado”. En ese sentido, responsabilizó del impacto a un disparo fallido de la Yihad Islámica, en base a “información de inteligencia” proveniente de “varias fuentes”. “Que el mundo entero lo sepa: los terroristas bárbaros de Gaza son los únicos que atacaron el hospital en Gaza, no el ejército”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Las naciones árabes denunciaron el ataque como un nuevo crimen de guerra de Israel, acusado desde hace más de una semana de imponer un castigo colectivo a civiles de Gaza que nada tienen que ver con el salvaje asalto perpetrado por Hamás el 7 de octubre.
Ayer, el Ejército israelí por onceavo día siguió atacando desde el aire la Franja, con el objetivo de eliminar a Hamás. En ese marco, anunció haber asesinado en un bombardeo a uno de sus cabecillas más importantes: Ayman Nofal, un comandante de las Brigadas al-Qassam, el brazo armado del grupo terrorista. Además, anunció haber matado a tres miembros de la familia del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, que desde hace años no vive en Gaza, sino en Qatar. Según voceros de Hamás, en los bombardeos de los últimos días murieron 22 rehenes.