Casi como una admisión del resultado adverso que se prevé tendrá hoy, cuando se someta a votación en el Congreso de Diputados como próximo presidente del Gobierno de España, el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, se plantó ayer ya como opositor y cambió su discurso de investidura por un alegato contra la amnistía a los independentistas catalanes que impulsará el socialista Pedro Sánchez cuando le toque juntar votos para seguir en el Ejecutivo.
Lo esperable era que el líder del PP hiciera al menos un esbozo de su plan de gobierno, aún a sabiendas de que los 172 votos con que cuenta para la votación de hoy no se estirarán. Pero iban apenas cinco minutos de la hora y 40 minutos que demandó el discurso cuando se enfocó en la crítica hacia la amnistía a los ciudadanos catalanes.
“Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno, pero no acepto pagar el precio que me piden para hacerlo”, agregó desde la tribuna del Congreso de los Diputados, en alusión a que no estaría dispuesto a otorgar una amnistía a unos 1.400 condenados por el proceso independentista de 2017. Feijóo añadió que, de concretarse la amnistía, “se haría sin que haya detrás ninguna convicción profunda, tan solo el estado de necesidad parlamentaria de una sola persona”, en referencia a Sánchez, que lo escuchaba en el lugar.