La Flotilla Global Sumud navega rumbo a Gaza y ya ingresó en la denominada zona de alto riesgo, donde en el pasado embarcaciones similares fueron detenidas o atacadas por el Ejército israelí.
Desde las redes oficiales de la Flotilla, los tripulantes comparten actualizaciones y solicitan a los medios de comunicación y la sociedad en general que acompañen la misión y se mantengan en alerta.
Militantes y organizaciones sociales convocan hoy a una manifestación en Córdoba, a las 18 en el Patio Olmos, y en Buenos Aires, a la misma hora en la intersección de 9 de Julio y avenida de Mayo. La movilización exige garantizar la integridad de los más de 500 activistas que integran la Flotilla, entre ellos varios argentinos.
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Riesgo creciente en torno a la flotilla
Conformada por más de 40 embarcaciones civiles, la misión transporta cerca de 500 activistas y cargamentos de ayuda humanitaria, entre ellos suministros médicos, alimentos y material escolar. Figuras como Greta Thunberg y Ada Colau forman parte del contingente.
El tripulante Thiago Ávila relató en una transmisión: “Ahora estamos a 118 millas náuticas de Gaza —a solo 8NM de donde fue interceptado Madleen. En la noche nos enfrentamos a la intimidación: un buque militar israelí rodeó las embarcaciones Alma y Sirius, lanzó un ciberataque que causó muchos daños a nuestros dispositivos y seguimos con problemas de conectividad de navegación. Aún así, navegamos. Este es el mayor intento de romper el asedio —41 barcos fuertes, respaldados por el derecho internacional y la voluntad de la gente del mundo. Seguimos comprometidos con la no violencia y con la creación de un corredor humanitario de la gente, una cuerda de vida para Gaza. La comunidad internacional nos ha confiado esta misión, y no fracasaremos”.
El Gobierno israelí reiteró que usará “cualquier medio” para impedir que la misión llegue al enclave, aunque aseguró que no aplicará fuerza letal. En tanto, Italia y España propusieron que la ayuda se canalice desde Chipre bajo supervisión internacional, iniciativa rechazada por los organizadores, que insisten en romper el bloqueo marítimo.
Desde la costa de Gaza, niños aguardaban la llegada de los barcos, mientras voces internacionales advirtieron que un choque en alta mar podría complicar los planes de paz impulsados por Estados Unidos. La flotilla sostiene que su carácter es pacífico y no violento, pese a los riesgos inminentes de una intercepción.
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