Líderes de países del oeste de África amenazaron con atacar a los militares que tomaron el poder en Níger si no lo devuelven en una semana, mientras Francia les advirtió de “represalias inmediatas” y España anunció la suspensión de su cooperación bilateral, luego de que miles de nigerinos que los apoyan se manifestaran ayer agresivamente frente a la embajada francesa y arrancaran la placa de entrada.
El presidente Mohamed Bazoum, elegido de manera democrática hace dos años en la primera transferencia pacífica del poder en Níger desde su independencia de Francia, en 1960, estaba retenido desde el miércoles pasado en el Palacio Presidencial, y el general Abdourahamane Tchiani se proclamó nuevo líder nacional.
Después de golpes de Estado en Mali y Burkina Faso, otros países de África Occidental, Níger, una nación rica en uranio pero extremadamente pobre, era uno de los últimos aliados de las potencias occidentales en la región del Sahel, asolada por grupos yihadistas como Estado Islámico y Al Qaeda.
El golpe suscitó extendida condena internacional y tuvo gran repercusión en Francia, la antigua metrópoli colonial de Níger, que tiene 1.500 soldados en el país e importantes intereses económicos en el uranio nigerino, que destina a sus centrales nucleares y es extraído por empresas francesas, entre otras.