Al menos 13 presos murieron en una nueva masacre ocurrida en una cárcel de Ecuador, informó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (Snai), el organismo estatal encargado de las prisiones.
Las muertes tuvieron lugar en el centro penitenciario de Machala, una ciudad costera cercana a la frontera con Perú. Las autoridades sospechan que el incidente se originó por un enfrentamiento entre bandas rivales.
Según el Snai, los cuerpos fueron hallados el domingo durante una inspección policial realizada tras la detonación de un artefacto explosivo en los exteriores de la prisión.
La institución explicó que se están llevando a cabo las autopsias y los procedimientos correspondientes para determinar las causas oficiales de los decesos, aunque reportes locales apuntan a que las víctimas habrían muerto por asfixia.
Con este episodio, las muertes violentas en las cárceles ecuatorianas ascienden a 44 en menos de un mes. La prisión de Machala ha sido escenario recurrente de violencia: hace casi un mes fueron asesinados 31 reclusos, varios de ellos también por asfixia, y en septiembre otro ataque entre internos dejó 14 muertos, incluido un guardia penitenciario.
Las masacres se han vuelto frecuentes en el sistema penitenciario de Ecuador, convertido en los últimos años en un centro de operaciones y disputas entre bandas del narcotráfico. La cárcel de Machala, con capacidad para 600 personas, albergaba cerca de 1.200 reclusos en 2022, reflejando el grave nivel de hacinamiento.
En este contexto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) documentó al menos 663 presos asesinados en hechos violentos dentro del sistema carcelario ecuatoriano desde 2020. Sólo entre enero y noviembre de este año se registraron 72 muertes violentas, mientras en redes sociales se han viralizado imágenes de cuerpos mutilados o quemados en distintos recintos.
Según la CIDH, la violencia en las cárceles ecuatorianas está asociada a la falta de control estatal, los sistemas de autogobierno de los reclusos, la corrupción y la insuficiencia de personal de seguridad. El organismo llamó al Estado a garantizar los derechos de las personas bajo su custodia y a investigar y sancionar a los responsables.
El presidente Daniel Noboa defiende una política de mano dura contra el crimen organizado, comparada con la aplicada por Nayib Bukele en El Salvador. En 2024, el gobierno declaró al país en conflicto armado interno para enfrentar a las mafias y ordenó a los militares tomar el control de las cárceles.
Tras inaugurar la llamada Cárcel del Encuentro, una megacárcel para 800 personas, el gobierno difundió imágenes de reclusos con uniformes naranjas, manos atadas y cabeza rapada rodeados de militares. Sin embargo, pese al anuncio de una “guerra total” contra el narcotráfico, la violencia continúa en ascenso.
Ecuador, convertido en un punto clave del narcotráfico internacional por su ubicación estratégica como salida de cocaína peruana y colombiana hacia Europa y Estados Unidos, cerrará el año con una tasa récord de homicidios de 52 por cada 100.000 habitantes.
Desde 2021, el país enfrenta la peor ola de violencia de su historia, alimentada por alianzas entre grupos delictivos locales y cárteles transnacionales, y más de una docena de motines y enfrentamientos carcelarios que han dejado más de 500 muertos desde entonces.









