Cuatro mujeres soldados israelíes liberadas el sábado cruzaron ya a territorio israelí para reunirse con sus familias, tras 477 días de cautividad en la Franja de Gaza que concluyó gracias al acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel, por el que también fueron liberados ayer 200 presos palestinos, informó el Ejército del Estado judío. Se trata del segundo canje desde que inició la tregua.
Las rehenes, acompañados por fuerzas de seguridad del Ejército israelí y del servicio doméstico de inteligencia, Shin Bet, cruzaron la frontera hacia Israel y se encontraron con sus familiares. Se trata de Liri Albag, Karina Ariev, Daniella Gilboa y Naama Levy. Las cuatro, que tienen entre 19 y 20 años, habían sido capturadas el 7 de octubre de 2023 en la base militar Nahal Oz, a un kilómetro de la Franja de Gaza, donde cumplían con el servicio militar obligatorio, en labores de vigilancia cerca de la Franja.
Cuatro vehículos de la Cruz Roja las esperaron y rápidamente las condujeron hacia Israel, donde fueron entregadas al Ejército, indicó un comunicado de las fuerzas israelíes. “Serán sometidas a una evaluación médica preliminar”, adelantaron.
Luego, Israel acusó a Hamás de violar el acuerdo para el alto el fuego por haber liberado a mujeres soldado antes que a civiles, entre los que se encuentra la argentina Shiri Silberman y sus pequeños hijos Ariel (3 años) y Kfir (9 meses). “Hamás falló en el cumplimiento de sus obligaciones de liberar primero a las mujeres civiles israelíes”, aseguró el portavoz del Ejército Daniel Hagari en un breve comunicado poco después de que se confirmara que las rehenes habían entrado en territorio israelí. De las 33 personas que tienen que ser liberadas en la primera fase del alto el fuego en Gaza, quedaban en el enclave siete mujeres, cinco soldados (una de ellas aún no fue liberada) y dos civiles. Las civiles son la argentina Shiri Silberman, de 33 años, y Arbel Yehud, de 29.
Trump aboga por “limpiar” la Franja de Gaza
El recién elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aboga por una “limpieza” de Gaza que pase por la expulsión de al menos 1,5 millones de los 2,3 millones de personas que habitan el enclave palestino y que le gustaría que acogiesen Egipto y Jordania.
La propuesta coincide con los sueños de los miembros más ultranacionalistas del Ejecutivo que lidera el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que aplaudieron las declaraciones.
También, con los miedos más profundos de El Cairo y Amán, cuya principal preocupación durante la guerra en Gaza (que atraviesa su segunda semana de alto el fuego) fue evitar una avalancha de refugiados que les genere desestabilidad y acabe convertida en limpieza étnica permanente de la Franja.
“Nuestro rechazo al desplazamiento de los palestinos es firme y no cambiará. Jordania es para los jordanos y Palestina, para los palestinos”, respondió el ministro jordano de Exteriores, Ayman Safadi.