Israel llevó a cabo una serie de intensos ataques aéreos en toda Siria mientras sus tropas se adentraban en el país, acercándose a 25 kilómetros (15 millas) de la capital, reportó ayer un grupo opositor sirio que monitorea la guerra. Luego, Israel negó que sus fuerzas estén avanzando hacia Damasco. Los grupos insurgentes — liderados por Hayat Tahrir al-Sham, o HTS — que han tomado Damasco no realizaron comentarios de inmediato.
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, confirmó que la Armada de Israel destruyó toda la flota militar del depuesto régimen de Bashar Al Assad en Siria. Los ataques a gran escala desde los buques de guerra israelíes se llevaron a cabo para evitar que las capacidades y el armamento de la marina siria cayeran en manos de las fuerzas insurgentes, la mayoría islamistas y proturcas.
“Quien siga los pasos de Al Assad terminará como Assad. No permitiremos que una entidad terrorista islámica extremista actúe contra Israel desde más allá de sus fronteras, haremos todo lo posible para eliminar la amenaza”, advirtió el ministro. “Las Fuerzas de Defensa de Israel han actuado en los últimos días para atacar y destruir capacidades estratégicas que amenazan al Estado de Israel”, subrayó Katz.
Luego, insistió en que las tropas israelíes quieren crear una zona segura -sin fuerzas con armas pesadas, y sin presencia israelí permanente- más allá de la actual zona desmilitarizada que Israel y Siria pactaron en 1974 en su acuerdo de desarme.
En paralelo, el primer ministro del Gobierno de transición de Siria, el islamista Mohamed al Bashir, afirmó que el nuevo Ejecutivo tras la caída de al Assad tenderá la mano a “todos” excepto a aquellos que las tengan “manchadas de sangre de los sirios”.
“Tendemos la mano a todos, excepto a aquellos cuyas manos están manchadas de sangre de los sirios”, dijo Al Bashir en una entrevista con la cadena de televisión privada qatarí Al Jazeera, donde apareció flanqueado por la nueva bandera de Siria (tres franjas horizontales, verde, blanca y negra, con tres estrellas rojas en la franja flanca).
Netanyahu declaró ante un tribunal por corrupción
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, testificó ayer por primera vez en su juicio por corrupción en un tribunal de Tel Aviv, que cuenta con búnker antibombas por motivos de seguridad.
“He estado esperando este día ocho años para presentar la verdad, hacer estallar las acusaciones delirantes e infundadas contra mí, y revelar el método de esa caza de brujas”, afirmó el primer ministro en una poco habitual rueda de prensa en la que arremetió contra varios periodistas.
El primero en intervenir fue el abogado del primer ministro, Atty Amir Haddad, quien calificó como absurdas las acusaciones contra su defendido y consideró que se le investiga por tratar de conseguir una cobertura mediática decente, lo que a su juicio no constituye un crimen.
Fuera del juzgado había congregadas unas 200 personas entre manifestantes de izquierda que piden la dimisión de Netanyahu, simpatizantes de derechas, además de representantes de las familias de los rehenes de Hamás en Gaza.
Netanyahu y su esposa, Sara, están acusados de aceptar de multimillonarios artículos de lujo, como puros, joyas y champán, por valor de más de 260.000 dólares, a cambio de favores políticos.