Fuerzas terrestres israelíes atacaron hoy a milicianos e infraestructura de Hamas en el norte de la Franja de Gaza, de donde huyeron unos 800.000 palestinos en tres semanas de hostilidades, mientras varias agencias de la ONU advirtieron sobre la situación «devastadora» en el enclave palestino, que para Unicef se convirtió en un «cementerio para miles de niños y niñas».
Jonathan Conricus, un vocero del Ejército israelí, dijo hoy que las operaciones terrestres en Gaza, que comenzaron días atrás, se centraban en el norte del territorio, incluyendo Ciudad de Gaza, a la que describió como «el centro de gravedad de Hamas».
«Pero también seguimos atacando en otras partes de Gaza. Estamos persiguiendo a sus comandantes. Atacamos su infraestructura, y siempre que hay un objetivo importante relacionado con Hamas, lo atacamos», dijo.
Hamas, medios y testigos de Gaza informaron ayer de incursiones militares israelíes en el norte y el este de Ciudad de Gaza, que antes de las hostilidades tenía 650.000 habitantes.
El Ejército difundió hoy un video en que se ve a soldados caminar por un descampado mientras resuenan ráfagas de tiros, antes de tomar posiciones en las ruinas de un edificio severamente dañado.
Conricus dijo que unos 800.000 palestinos acataron las órdenes del Ejército israelí de huir de la parte norte de la Franja hacia el sur.
Sin embargo, decenas de miles de personas permanecen en Ciudad de Gaza y sus alrededores, y se espera que las bajas aumenten en ambos bandos a medida que la batalla avanza hacia barrios densamente poblados.
El Ejército israelí dijo que había atacado unos 300 objetivos militantes durante el último día y que las tropas habían librado varias batallas con milicianos palestinos armados con misiles antitanques y ametralladoras.
En el norte de Gaza, hoy hubo ataques israelíes cerca de un hospital de la Media Luna Roja Palestina, que manifestó su alarma.
«Ataques de artillería y aéreos continuos en la zona de Tel al Hawa en Gaza, donde se encuentra el hospital Al Quds», dijo la organización en un comunicado.
«El edificio tiembla y los civiles desplazados, así como los equipos de trabajo, sienten miedo y pánico», agregó.
La Media Luna Roja ya había notificado bombardeos en esta zona el domingo por la noche.
El director del hospital dijo ese día que había recibido, e ignorado, una orden de evacuación de parte del Ejército israelí.
Alentado por el rescate de una soldado que era mantenida como rehén, el premier israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó anoche llamados a un alto el fuego y volvió a prometer la destrucción de Hamas por sus ataques en Israel del 7 de octubre, que dejaron más de 1.400 muertos, más de 240 secuestrados y desataron la escalada.
Más de la mitad de los 2,4 millones de palestinos de Gaza dejaron sus casas por la violencia, y cientos de miles están refugiados en escuelas administradas por la ONU o en hospitales, junto a miles de heridos.
Ataques israelíes han impactado cerca de hospitales del norte de Gaza en días recientes, lo que ha causado alarma entre los médicos, la ONU y a Cruz Roja.
El Ministerio de Salud del Gobierno de Hamas en Gaza elevó hoy la cifra de palestinos muertos en el enclave a al menos 8.525, entre ellos 3.553 niños y 2.187 mujeres, informó la agencia de noticias AFP.
El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) confirmó que más de 3.500 menores murieron desde que comenzaron los bombardeos israelíes al enclave.
La Franja de Gaza es ya «un infierno para cualquier persona» pero, de forma particular, «se ha convertido en un cementerio para miles de niños y niñas», dijo Unicef en un comunicado.
La nota del organismo de la ONU volvió a «suplicar», a través de un portavoz, James Elder, «que se ponga fin a la matanza», lo que pasa también por la necesidad de que haya «un alto el fuego humanitario inmediato».
A su vez, el jefe de la ONU para cuestiones humanitarias, Martin Griffiths, dijo hoy en Israel que habló con familias palestinas de la Franja de Gaza y que se encuentran en una situación devastadora, mientras el alto comisionado de la Agencia de Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, pidió al Consejo de Seguridad detener la «espiral de muerte» en el enclave.
«He tenido el triste privilegio de hablar con varias familias de Gaza por teléfono. Lo que han tenido que soportar desde el 7 de octubre va más allá de lo devastador», escribió en su cuenta de la red social X (antes Twitter) Griffiths, que llegó hoy a Israel, luego de que el Gobierno de Netanyahu diera marcha atrás en su intención de no dar visa a funcionarios de la ONU críticos de sus operaciones militares en Gaza.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, conocida como Unrwa, dice que 672.000 palestinos están alojados en sus escuelas, cuatro veces más que su capacidad. Miles de ellos irrumpieron en centros de acopio de ayuda y se llevaron comida el fin de semana.
El pequeño territorio costero no tiene electricidad central desde hace semanas, e Israel impide el ingreso de combustible necesario para los grupos electrógenos de hospitales y hogares, por temor a que Hamas lo use con fines militares.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) logró hoy acceder a los hospitales en el norte de la Franja, donde constató que los insumos se están agotando y el personal médico se enfrenta a una carga de trabajo asfixiante.
«Nuestros equipos en Gaza visitaron hospitales en la zona norte. Las necesidades son enormes; el personal se está asfixiando, y los suministros están por agotarse. Esos hospitales están repletos de personas que buscan seguridad. La gente duerme en las escaleras de esos centros. Miles de personas no tienen a dónde ir y buscan refugio», declaró Alena Sinenko, representante de la organización, a la agencia RIA Novosti.
En tanto, Hamas anunció hoy que «en los próximos días» liberará a algunos de los rehenes extranjeros que llevó a la Franja de Gaza tras su incursión del 7 de octubre en Israel, en la que secuestró a 240 personas, según las últimas cifras del Ejército israelí.
«Les hemos informado a intermediarios que liberaremos a cierto número de extranjeros en los próximos días», declaró Abu Obeida, portavoz de las Brigadas Ezzedin al Qassam, en un mensaje televisivo.
La escalada en la región disparó tensiones ya de por sí altas en Cisjordania, los otros territorios palestinos, que están ocupados por Israel y donde más de 120 personas han muerto en operativos militares o ataques de colonos israelíes desde el 7 de octubre, según el Gobierno autónomo palestino.
Otros dos palestinos murieron hoy: un hombre de 70 años baleado por soldados durante un operativo en el norte de Cisjordania y un adolescente de 14 años que había sido herido ayer en otra incursión militar israelí, informó el Ministerio de Salud palestino.
La violencia amenaza con extenderse por el resto Medio Oriente.
Israel y milicianos del movimiento islamista libanés Hezbollah han intercambiado disparos a través de la frontera casi a diario, e Israel y Estados Unidos han bombardeado blancos en Siria vinculados a Irán, que apoya a Hamas, Hezbollah y a los rebeldes chiitas hutíes de Yemen.
Hoy, los hutíes reivindicaron haber lanzado un ataque con drones contra Israel como acto de represalia por sus bombardeos en Gaza.
«Estos drones pertenecen al Estado de Yemen», afirmó Abdelaziz bin Habtour, primer ministro nombrado por los rebeldes que controlan parte del país árabe y están enfrentados contra el Gobierno reconocido por la comunidad internacional, informó la agencia de noticias AFP.
El Ejército israelí dijo que derribó un drone e interceptó un misil sobre el espacio aéreo del país, y medios dijeron que iban dirigidos a la ciudad de Eliat, en el mar Rojo.
Este mes, un barco estadounidense interceptó en el mar Rojo tres misiles de crucero y varios drones lanzados hacia Israel por los hutíes de Yemen.