Un bombardeo israelí destruyó el lunes un anexo de la embajada de Irán en Siria y mató a por lo menos 11 personas, entre ellas siete miembros de los Guardianes de la Revolución islámica. Luego del ataque, la República Islámica prometió responder con “dureza”, según el embajador iraní en Siria, Hossein Akbari, quien resultó ileso. El ataque coincidió con la segunda jornada de protesta en la que miles de israelíes pidieron la salida anticipada del primer ministro Benjamin Netanyahu y la convocatoria a elecciones.
La televisión estatal iraní informó que “el general de brigada Mohamad Reza Zahedi, uno de los altos mandos de la Fuerza Quds, fue martirizado en un ataque de combatientes del régimen sionista contra el edificio del consulado de la República Islámica de Irán en Damasco”. También perdió la vida su adjunto, Sardar Haji Rahimi, además de otros cinco oficiales y un miembro de Hezbollah, Hussein Youssef.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido que cuenta con una amplia red de informantes sobre el terreno en Siria, sostuvo que “el número de muertos por los bombardeos israelíes contra el anexo de la embajada iraní se eleva a once: ocho iraníes, dos sirios y un libanés, todos ellos combatientes, ningún civil”. Las fuerzas de seguridad acordonaron el perímetro ante una multitud de curiosos que se agolpaban cerca de vehículos calcinados.
Hasta el momento Israel no hizo comentarios, que desde el 7 de octubre con el inicio de su guerra en la Franja de Gaza contra Hamás, ha intensificado los ataques contra otros grupos vinculados a este movimiento palestino, respaldados por Irán. Preguntado por la incursión en una rueda de prensa en Israel, el vocero del ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, respondió que no comentaba “las informaciones de la prensa extranjera”.
El ministro sirio de Relaciones Exteriores, Faisal Mekdad, “condenó enérgicamente este atroz ataque terrorista”, que causó varios muertos y heridos según el ministerio de Defensa sirio. “El enemigo israelí lanzó ataques aéreos desde el Golán sirio ocupado, dirigidos contra el edificio del consulado iraní en Damasco”, afirmó el ministerio. “El ataque destruyó todo el edificio, matando e hiriendo a todos los que estaban dentro, y se está trabajando para recuperar los cuerpos y rescatar a los heridos entre los escombros”, agregó Mekdad.
Al menos siete muertos tras un ataque a una ONG
Un ataque israelí en Gaza que mató a siete trabajadores de World Central Kitchen, la organización que distribuye comidas del chef José Andrés, generó una fuerte condena global y elevó el número de víctimas entre el personal humanitario en la guerra entre Israel y Hamás a casi 200 personas, un saldo que ya ha comenzado a afectar el flujo de ayuda para contener la devastadora crisis provocada por el conflicto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que fue un “caso trágico” en el que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron “involuntariamente” a inocentes.
El bombardeo, que quedó bajo investigación, ofreció el último testimonio del enorme riesgo al que se enfrentan los trabajadores humanitarios en la Franja de Gaza en medio de la guerra entre Israel y Hamás, y además de poner en alerta a las organizaciones que operan en el conflicto, arrojó un manto de duda sobre la continuidad y la amplitud del arduo esfuerzo de llevar a ayuda a cientos de miles palestinos desplazados para garantizar su supervivencia.
World Central Kitchen dijo en un comunicado que el equipo se desplazaba por una zona no conflictiva en dos vehículos claramente identificados con el logotipo de la organización en el techo.