Al menos 16 palestinos murieron ayer en nuevos ataques israelíes en Rafah, según dijeron trabajadores de emergencias, mientras vecinos de la ciudad reportaban una escalada en los combates en la localidad sureña de Gaza, antes considerada como el último refugio en el territorio.
Una incursión israelí iniciada a principios de mayo ha hecho que casi un millón de personas —la mayoría de la cuales ya se habían visto desplazadas por la guerra entre Israel y Hamás— huyan de Rafah, y ahora busquen cobijo en precarios campamentos de carpas y otras zonas devastadas por la guerra.
En esa línea, el Ejército israelí estimó que cree que el incendio que provocó el desastre en el campamento de refugiados Tal al Sultan y que dejó 50 muertos fue causado por una explosión de municiones de Hamás.
“Esto ha sido un incidente devastador que no esperábamos que pasase. Nuestro Ejército lanzó 17 kilos de explosivos, la mínima cantidad que pueden lanzar nuestros aviones de combate. Nuestra munición por sí sola no pudo causar ese incendio devastador”, explicó el portavoz del Ejército, Daniel Hagari que insistió que la investigación todavía no finalizó.