El ejército israelí asesinó el miércoles a tres milicianos palestinos con un bombardeo desde un dron en la ciudad de Yenín, en lo que fue el primer asesinato selectivo aéreo que efectúa en Cisjordania desde el fin de la Segunda Intifada, en 2005. La operación, que venían pidiendo varios ministros en el Gobierno de Benjamín Netanyahu, supone un salto cualitativo y simbólico en la escalada de violencia que vive la región.
El ejército israelí anunció en un comunicado que el objetivo era una “célula terrorista que viajaba en un vehículo sospechoso”. En ese marco, los acusó de haber efectuado un ataque con disparos cerca de la localidad fronteriza de Jalame y de otros recientes contra asentamientos judíos en el territorio ocupado de Cisjordania. La Yihad Islámica difundió sus fotos e identificó a dos de ellos como integrantes de su brazo armado, las Brigadas Al Quds. El tercero pertenecía a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. “Tomaremos un enfoque ofensivo y proactivo contra el terrorismo”, posteó en Twitter el ministro de Defensa, Yoav Gallant. “Usaremos todos los medios a nuestro alcance y cobraremos el precio a todo terrorista”, agregó.
En tanto, el Gobierno palestino aseguró ayer que Israel está en una “carrera contrarreloj” para anexar la totalidad de Cisjordania. “El Gobierno israelí está elevando las tensiones de forma intencionada, en el marco de su carrera contrarreloj para completar los periodos de anexión de la Cisjordania ocupada”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores palestino en un comunicado. Según la nota, estas acciones de tintes “racistas y coloniales (…) recuerdan a los crímenes de las bandas sionistas y la cultura de provocar incendios y masacrar a palestinos antes de 1948, lo que confirma que el Gobierno de Israel está repitiendo esta cultura y crímenes para completar la ocupación y la judaización de la Palestina histórica”.
Todo eso ocurre frente a “un doble rasero” de la comunidad internacional, que no reacciona “ante los crímenes de la ocupación y los colonos” al nivel de sus responsabilidades a la hora de aplicar el “Derecho Internacional en la Palestina ocupada”, agregó la Cancillería al criticar “la complicidad” con “la ocupación y sus proyectos hostiles a la legitimidad internacional y la paz”.
Netanyahu insiste con su reforma judicial
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó ayer a la oposición de no querer llegar a un acuerdo de mínimos con respecto al proyecto de reforma judicial que presentó en enero en el parlamento, donde se encuentra paralizado.
“Creo que la mayoría de la población entiende que debe haber una reforma judicial”, estimó el Premier. Además, agregó que no ve posible que se pueda dejar de lado el proceso y que su consecución debería ser “más pacífica”.
De esta forma, criticó a aquellos que inclinan la balanza hacia uno u otro extremo. “¿Tiene sentido que los jueces puedan cancelar decisiones del Gobierno que no se basen en ninguna ley, sino en que cualquier juez pueda decidir de forma arbitraria si algo le parece razonable o no? No tiene sentido”, valoró.
Netanyahu consideró que muchos diputados del Parlamento (Knesset) están de acuerdo con esa premisa, aunque están limitados “por todo tipo de presiones” y aprovechó para acusar a la oposición israelí de no querer llegar siquiera a un acuerdo de mínimos. Desde enero, cuando Netanyahu presentó el proyecto, Israel vive meses de continuas protestas contra la reforma judicial. En abril, el Premier pausó la iniciativa temporalmente por las manifestaciones semanales.