El líder norcoreano Kim Jong-un advirtió ayer que “no evitará la guerra” con Corea del Sur, país al que calificó como su “principal enemigo”, y amenazó con aniquilarlo si “intenta hacer uso de la fuerza” contra su país.
Durante una serie de inspecciones a las principales fábricas de armas y munición, Kim dijo que Corea del Norte “debe reforzar sus capacidades militares para mejorar su defensa y contener la posibilidad de que se desate una guerra nuclear”.
De ese modo, descartó iniciar una guerra “unilateralmente”, pero afirmó que “tampoco la evitará” en caso de que se desate, según informaciones recogidas por la agencia estatal de noticias KCNA. “Si Corea del Sur intenta utilizar armas contra Corea del Norte o amenaza su soberanía y seguridad, no dudaremos en aniquilarlos haciendo uso de todos nuestros medios y la fuerza de nuestras propias manos”, sentenció.
Además, expresó su satisfacción por el despliegue de nuevas armas y equipos de cara a una mayor preparación para un conflicto bélico, una postura que Seúl ha rechazado contundentemente por considerarla un “simple juego de palabras”. Las declaraciones de Kim llegan después de que calificara las relaciones entre los dos países como una cuestión “hostil” y afirmara que “no tiene sentido buscar la reconciliación o unificación” del territorio.