Los líderes del G7 reafirmaron su apoyo a Ucrania ante la invasión rusa “el tiempo que sea necesario” y llamaron a un mayor desacople de sus economías a la de China, en la declaración firmada el sábado en la cumbre realizada en la ciudad japonesa de Hiroshima, que contó con la presencia del presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, y que generó repudios en Moscú y Beijing.
Los dirigentes de las siete economías más industrializadas (Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia), que apoyan financiera y militarmente a Kiev, ratificaron que ese respaldo será “durante el tiempo que sea necesario frente a la guerra ilegal”.
En su declaración, el G7 también instó a China, aliado cercano al Kremlin, a “presionar a Rusia para que cese su agresión” y “retire inmediatamente, totalmente y sin condiciones sus tropas”.
Los párrafos dedicados al gigante asiático fueron más extensos, centrados principalmente en preocupaciones por sus actividades económicas y militares.
“No pretendemos perjudicar a China ni frustrar su progreso y desarrollo económico”, indicó el grupo, pero agregó: “Al mismo tiempo, reconocemos que la resiliencia económica requiere la reducción de riesgos y la diversificación. Tomaremos medidas para invertir en nuestra propia vitalidad económica. Reduciremos la excesiva dependencia de nuestra cadena de suministro crítica”.
Al mismo tiempo, reafirmaron su “oposición” a cualquier “militarización” china en la región Asia-Pacífico, asegurando que no existe “fundamento jurídico” para las “reivindicaciones marítimas expansivas” de China.
Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer más ayuda militar a Ucrania al reunirse con Zelenski durante la cumbre. El mandatario norteamericano prometió a Kiev nuevos envíos de armas, municiones y vehículos blindados por valor de unos US$ 375.000.000, días después de permitir a sus aliados el suministro de aviones de combate F-16 a Ucrania.
Rusia ya controla gran parte de Bajmut
Ucrania dijo ayer que su Ejército controla solo una parte “insignificante” de la ciudad oriental de Bajmut, pero que continuaba realizando esfuerzos para retomarla, luego de que el presidente Volodimir Zelenski desmintiera afirmaciones rusas de haber completado su conquista y ganado la batalla más prolongada desde el comienzo de la guerra.
La negación de Zelenski llegó tras declaraciones iniciales, de las cuales se desdijo más tarde, en las que pareció admitir la caída de Bajmut al afirmar que la ciudad de la provincia de Donetsk ya estaba “solo en los corazones de los ucranianos”, y que había que hacerse la idea de que allí no quedaba nada porque todo había sido destruido.
Desde las ruinas de Bajmut, el jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, que lideró la ofensiva, ratificó ayer que la ciudad fue tomada tras casi 10 meses de combates y que no había en ella ningún soldado ucraniano.