Luego de que Rusia reconociera la independencia de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk, en la región de Donbás, y de que el Congreso de ese país aprobara el envío a tropas a su territorio, ayer por la madrugada el jefe del Kremlin, Vladimir Putin, entonó en vivo las palabras más temidas: “He tomado la decisión de una operación militar”.
“Las repúblicas populares de Donbás se dirigieron a Rusia con una solicitud de ayuda. En este sentido, decidí llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de abusos, un genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años. Por eso nos esforzaremos por la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania”, dijo Putin argumentando los movimientos militares que horas después se convertirían en una tragedia para la población de Ucrania. Finalmente, el mandatario pidió que el Ejército de Ucrania depusiera las armas y le advirtió al mundo que quienes “intenten interferir con nosotros deben saber que la respuesta de Rusia será inmediata y conducirá a consecuencias que no han conocido jamás”.
Desde el norte, con las tropas ubicadas en Bielorrusia, desde el este, con los militares que se encontraban en territorio ruso, y desde el sur, con las fuerzas que estaban en la anexionada Crimea, Rusia desplegó su ataque por tierra, por cielo y por mar. No se limitó a “proteger” a la región de Donbás, sino que llegaron incluso sobre un aeropuerto de carga a 30 kilómetros de la capital de Ucrania, en Kiev. Las sirenas de aviso de bombardeos también se activaron en Lviv, donde Estados Unidos y otros países habían desplazado sus embajadas. Mientras que sobre el este de Ucrania se multiplicaron las imágenes de cadáveres calcinados a causa de los bombardeos y disparos de artillería. Al atardecer el avance de Rusia había llegado sobre la ex central nuclear de Chernóbil, en el norte. Sin medias tintas: un ataque de guerra.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo haber intentado comunicarse con Putin, pero que la respuesta fue un “silencio”. El mandatario destacó que Ucrania no es miembro de la Otan, por lo que no son necesarias las garantías de seguridad pedidas por el Kremlin y que, dada la situación actual, es su país el que debe exigir dichas garantías. A su vez, anunció una ley marcial y urgió a la comunidad internacional a crear una “coalición anti-Putin”, a quien trato de nazi.
Putin, por su parte, les aseguró a los empresarios rusos que “lo que está sucediendo es una medida forzada, no nos dejaron ninguna posibilidad de actuar de manera diferente”. Casi en el mismo momento en que las calles de Moscú protestaban contra la invasión a Ucrania y 1.500 personas eran detenidas en consecuencia de ello.
Al finalizar la jornada, Ucrania reportó ayer 137 muertes y 316 heridos y su presidente se quejó: “Nos han dejado solos para defender nuestro Estado (…) ¿Quién está dispuesto a combatir con nosotros? No veo a nadie. ¿Quién está listo a dar a Ucrania la garantía de adhesión a la OTAN? Todo el mundo tiene miedo”. Al cierre de esta edición, Rusia no había dado a conocer sus números de bajas.
#ÚLTIMAHORA «Nos han dejado solos para defender nuestro Estado (…) ¿Quién está dispuesto a combatir con nosotros? No veo a nadie. ¿Quién está listo a dar a Ucrania la garantía de adhesión a la OTAN? Todo el mundo tiene miedo», lamenta el presidente ucraniano V. Zelenski #AFP pic.twitter.com/Used62N8nb
— Agence France-Presse (@AFPespanol) February 24, 2022
Biden anunció nuevas sanciones
Cuando Rusia ya había avanzado sobre el territorio de Ucrania, el presidente de EE.UU., Joe Biden, dio un mensaje donde anunció nuevas sanciones económicas tomadas en conjunto con el G7 y la Unión Europea.
Las sanciones incluyen “limitar la capacidad” de Rusia para hacer negocios en dólares, euros, libras y yenes; bloquear cuatro bancos rusos; y reducir las importaciones tecnológicas de Moscú.
Respecto al pedido ucraniano de sacar a Rusia de la red interbancaria Swift –que impediría a Moscú recibir divisas-, Biden dijo que esa decisión estaba siendo analizada. Además, ratificó que los soldados estadounidenses no lucharán en Ucrania, pero si defenderán el territorio de la Otan.
Alertan sobre una crisis humanitaria en el este europeo
Diversas agencias humanitarias alertaron sobre las consecuencias que la guerra podría tener en las poblaciones civiles. “La protección de los civiles debe ser la prioridad número uno”, dijo Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, mientras informaba la intensificación de las acciones humanitarias en Ucrania y sus alrededores.
Además, desde la agencia de refugiados, Acnur calcularon que 100 mil personas se han visto forzadas a desplazarse y pidieron trabajar en su seguridad. En tanto, desde Unicef señalaron que los ataques amenazan a 7,5 millones de niños ucranianos.
Impacto económico: subas en la energía y los cereales
Los mercados reaccionaron a la invasión de Ucrania. La Bolsa de Moscú se desplomó ayer un 30,41%, tras alcanzar un derrumbe de más del 50% que obligó a suspender las operaciones de su índice Moex durante algunos minutos.
Los números de la energía no se quedaron atrás, el gas natural registró una suba del 30% mientras que el barril de petróleo Brent –el de referencia en Europa- alcanzó los U$S 100 –un número que no se registraba desde 2014-. Los cereales también escalaron: las cotizaciones de la soja, el trigo y el aceite de soja marcaron valores récord, aumentando un 5% en un día.
La gran diferencia de poder militar entre Kiev y Moscú
La relación de fuerzas entre Ucrania y Rusia es notoriamente desproporcional. La principal diferencia es que Rusia es una potencia nuclear, mientras que Ucrania renunció a su arsenal de este tipo hace más de 20 años.
Por otro lado, se estima que Rusia cuenta con 900.000 soldados, unos 2 millones de reservistas y más de medio millón de otras fuerzas, Ucrania apenas llega a los 196.000 efectivos en sus fuerzas armadas, 900.000 reservistas y 100.000 de otras fuerzas. La diferencia de potencia de fuego es aún mayor, los casi 16.000 blindados de Rusia superan con creces los 3.300 ucranianos.