Los ministros de Energía de la Unión Europea (UE) cerraron ayer un acuerdo político para reducir el consumo de gas con vistas al invierno, ante la amenaza de un corte total del suministro por parte de Rusia. El documento prevé que cada país haga “todo lo posible” para reducir en al menos un 15% el consumo de gas entre agosto de 2022 y marzo de 2023, respecto a la media de los últimos cinco años del mismo periodo. Esto afecta tanto a particulares como a los sectores industriales, calando de lleno en los hábitos de consumo y de producción.
El objetivo es disminuir la dependencia europea al suministro ruso de cara al gélido invierno. También en respuesta al anuncio del gigante estatal ruso Gazprom sobre los recortes en el flujo que regirán desde hoy, con la reducción al 20% del suministro por “tareas de mantenimiento” en el gasoducto Nord Stream. Este es vital para Alemania, uno de los países más dependientes de Moscú para la producción energética e industrial.
Sobre el acuerdo, el único país de los 27 de la UE que votó en contra fue Hungría, que cada vez se acerca más al Kremlin. Según el canciller húngaro, Péter Szijjártó, es un acuerdo “inaplicable, injustificable, inútil y perjudicial”. Szijjártó estuvo en Moscú la semana pasada donde negoció la compra de gas ruso, por más del doble que actualmente reciben.
Tras los ataques en el puerto ucraniano de Odesa por parte del Ejército ruso, que generaron incertidumbre en torno al cumplimiento del pacto acordado para la exportación de cereales, Europa desconfía de la palabra de Putin. El lunes el Gobierno de Vladimir Putin dijo que no quiere dejar de suministrar gas a Europa, aunque advirtió que esto cambiaría si se siguen aplicando sanciones en su contra. En paralelo, la UE aprobó una prórroga de seis meses a las sanciones impuestas en 2014 contra Rusia, reforzadas por la guerra en Ucrania.
Macron vaticina una “guerra prolongada”
“La guerra en Ucrania continuará por mucho tiempo, mientras la desestabilización en el mercado alimentario durará aún más”, dijo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ayer en una reunión sobre seguridad alimentaria mundial en Camerún. Según Macron, el impacto del conflicto armado “no desaparecerá” en 12 o 18 meses.
En paralelo, Moscú y Kiev negocian la exportación de cereales. Rusia afirmó que permite la salida del grano ucraniano por el mar Negro y el de Azov, pero con la condición de que pueda revisar los barcos para excluir el contrabando de armamento. Mientras tanto, los ucranianos aseguran que lograron contener los avances rusos en Donetsk.