Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron sus operaciones terrestres en el sur del Líbano en los últimos días, enfrentándose en combates cercanos con terroristas de Hezbollah y descubriendo importantes infraestructuras subterráneas empleadas por el grupo armado. Según imágenes registradas por cámaras corporales de las tropas de la brigada Nahal, se observaron ayer enfrentamientos directos entre soldados israelíes e integrantes de Hezbollah en zonas rurales del sur del país.
En paralelo a la operación terrestre, las fuerzas israelíes han intensificado los bombardeos en el sur y el este del Líbano, incluidas las localidades de Al Jiam, Marjayún, Kafr Roman, Al Qaseiba y Garguoa, en la región de Nabatieh. Los bombardeos también alcanzaron los suburbios del sur de Beirut, incrementando la presión sobre las posiciones de Hezbollah y sus aliados en estas áreas.
En ese marco, el número dos de Hezbollah, Naim Qasem, dijo a los israelíes que “la solución” para poner fin a la guerra es “un alto el fuego”, sin el cual, advirtió, su movimiento proiraní realizará ataques en todo Israel. “Ya que el enemigo israelí apuntó contra todo Líbano, tenemos derecho, desde una posición defensiva, a apuntar contra cualquier lugar” de Israel, “ya sea el centro, el norte o el sur”, señaló Qasem en un discurso divulgado por la cadena de la formación shiíta. “La solución es un alto el fuego (…) la resistencia no será derrotada porque esta es su tierra”, insistió.
Por otro lado, el gobierno israelí dijo a la administración estadounidense de Joe Biden que evitará atacar los sitios de producción de petróleo y enriquecimiento nuclear de Irán cuando responda al reciente ataque con misiles, dijeron dos funcionarios, una medida que puede reducir la probabilidad inmediata de una guerra total entre los dos adversarios. Si bien no se cree que se haya tomado una decisión final, una represalia israelí aún podría ser de gran escala, lo que posiblemente incitaría a Irán a continuar el ciclo de ataques.