El agronegocio, el sector económico más poderoso de Brasil, con gran influencia en la derecha y extrema derecha opositora en el Congreso, se convirtió, con la aprobación de una ley que limita las reservas indígenas y expande la frontera agrícola en la Amazonia, en el principal rival del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y al Supremo Tribunal Federal (STF).
El Congreso surgido en las elecciones de 2022 confirmó una mayoría de centroderecha, derecha y de la extrema derecha, que mostró toda su fuerza ayer, con la aprobación del marco temporal de las tierras indígenas en carácter de urgencia.
En apenas seis horas, los senadores aprobaron una ley que la semana pasada había sido declarada inconstitucional por el STF por nueve votos contra dos.
El caso se convirtió en un choque de poderes, el primero de gran calibre en el Gobierno de Lula da Silva, quien puede vetar la ley por inconstitucional, aunque esa decisión podría romper la frágil relación con el Congreso para llevar adelante el plan económico de su gobierno.