Estados Unidos afirmó ayer no tener “ningún indicio” hasta ahora de que los tres objetos voladores derribados en los últimos días fueran de origen chino o tuvieran funciones de espionaje.
Las relaciones entre el gigante asiático y EE.UU. se crisparon en las últimas semanas, luego de que el presidente estadounidense Joe Biden ordenara derribar el pasado 4 de febrero un objeto que el Pentágono calificó como un “globo espía chino”.
Tras este primer incidente se derribaron otros tres objetos en América del Norte, pero de momento el Gobierno estadounidense no logró identificar su proveniencia, algo sin precedentes en años.
En el mismo sentido, la Dirección de la aviación civil de Moldavia dijo ayer que “recibió un informe según el cual un pequeño objeto no identificado fue detectado” y “teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas y la imposibilidad de identificar el objeto y su trayectoria de vuelo”, el espacio aéreo fue cerrado por precaución.