Diversos jefes de Estado de la región dieron su discurso ante sus pares mundiales en la Asamblea General de la ONU, presentando sus ejes de gestión en tono con las preocupaciones coyunturales globales.
El presidente chileno, Gabriel Boric, pidió fortalecer los sistemas democráticos. “El camino para enfrentar los problemas se pavimenta con más democracia y no con menos, incentivando la participación y no restringiéndola, fomentando el diálogo y jamás censurándolo y, sobre todo, respetando a quien piensa distinto”, indicó Boric, reflotando a la memoria la propuesta progresista recientemente rechazada para reformar la Constitución en el país andino.
Su par colombiano, Gustavo Petro, pidió parar la guerra contra la droga desde una perspectiva no punitivista con el cosechador de la hoja de coca y focalizando en los países consumidores, como Estados Unidos, para trabajar desde la prevención.
Llamó la atención sobre el Amazonas colombiano, donde millones de hectáreas son regadas con glifosato en perjuicio de las poblaciones y la naturaleza. Petro señaló que la imponente selva es víctima de la adicción de las potencias por la coca, el dinero, y por recursos como el carbón y el petróleo.
El brasileño, Jair Bolsonaro, usó su tiempo para hacer campaña de cara a las elecciones. Afirmó que su gestión enfrentó la “corrupción sistemática” de la izquierda, en alusión a Lula.
Para el boliviano Luis Arce, el mundo enfrenta una crisis capitalista múltiple y sistemática que pone en riesgo la vida.
Finalmente, el peruano, Pedro Castillo, pidió normalizar las exportaciones rusas para evitar una crisis alimentaria y pidió evitar sanciones económicas si estas vulneran el derecho a la alimentación.