El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, designó ayer como juez de la corte suprema a su ministro de Justicia, Flávio Dino, un ex magistrado que se convirtió en la principal espada del Gobierno contra el bolsonarismo, sobre todo tras el intento de golpe de Estado del 8 de enero.
Por otra parte, Lula nominó como fiscal general al viceprocurador electoral Paulo Gonet, un católico ultraconservador que emitió decisiones contra las indemnizaciones de las víctimas de la dictadura militar.
Las nominaciones dan por concluido el proceso de ocupar los cargos vacantes en el más alto nivel del sistema de justicia y del Ministerio Público de Brasil, pero ambas deben ser aún aprobados por el Senado.
Entidades de derechos humanos repudiaron la designación de Gonet debido a que se opuso a la reparación de presos políticos en la Comisión de Muertos y Desaparecidos en la década de 1990, apoyó desde el Ministerios Público a la Operación Lava Jato y fue tomado como ejemplo por dirigentes bolsonaristas.