El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, recibió ayer la certificación de la Justicia que le acredita como vencedor de las pasadas elecciones. Se trata de un requisito protocolario para que pueda tomar posesión el próximo 1º de enero, pero la discreta ceremonia en el Tribunal Superior Electoral se convirtió en una defensa de la democracia frente a los ataques del bolsonarismo.
En ese sentido, Lula citó la palabra “democracia” hasta en 20 ocasiones en su breve discurso. Visiblemente emocionado, no pudo evitar las lágrimas al recordar la primera vez en que fue escogido por los brasileños en las urnas, hace justo 20 años.
“En mi primera ceremonia, en 2002, recordé la osadía del pueblo brasileño en conceder el diploma a alguien tantas veces cuestionado por no tener diploma universitario”, dijo con la voz quebrada.
Tras recomponerse, el futuro presidente brasileño siguió con su discurso poniendo el énfasis en que los pasados comicios, en los que se sobrepuso a la extrema derecha por la mínima. «Sembraron la mentira y el odio, y el país cosechó una violencia política que solo se vio en las páginas más tristes de nuestra Historia. Y aun así, la democracia venció”, dijo.
Lula aseguró que la democracia “está siendo desafiada en todo el planeta”, y que vive su momento más delicado desde la Segunda Guerra Mundial, y lanzó un dardo a las grandes empresas tecnológicas, al acusar a las plataformas digitales que actúan “de manera gananciosa y absolutamente irresponsable”.
Si bien no citó en ningún momento por su nombre al aún presidente Jair Bolsonaro, definió su mandato como un “Gobierno de destrucción nacional que deja un legado perverso, sobre todo para la población más vulnerable”.
Cabe recordar que desde que Lula se impuso en las urnas el pasado 30 de octubre, militantes de extrema derecha protestan frente a los cuarteles de las Fuerzas Armadas pidiendo una intervención militar que evite que Lula asuma al poder.