El espíritu de comunidad, miles de personas ordinarias abrazando y protegiendo los objetivos a atacar en todo el reino, más de 6.000 policías especiales y duras y rápidas sentencias judiciales para los que participaron físicamente y en las redes sociales agitando con información falsa en la violencia xenófoba de esta semana, disuadieron a los racistas en Gran Bretaña a continuar con sus disturbios contra los refugiados, migrantes y extranjeros.
Una lección comunitaria, judicial y democrática contra la xenofobia que afecta al país. Cuando al menos 100 manifestaciones anti migrantes estaban preparadas para marchar en todo el reino, incluyendo en Londres, comenzaron a aparecer como champignones miles de personas, en cada barrio, para defenderlos.
Cristianos, musulmanes, judíos, blancos, negros, asiáticos unidos en repudio al racismo. Antes había habido un llamado y un pedido de todos los líderes religiosos británicos, invocando la necesidad de la acción común.
El jefe de la policía metropolitana, Sir Mark Rowley, dijo que “el miedo a los desórdenes de la extrema derecha” finalizó con “una exitosa operación policial” y un “show de unidad de todas las comunidades”.