El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, llamó ayer a Israel a “no dejarse consumir por el odio” en su respuesta militar a los ataques de Hamás del mes pasado, durante una visita a un kibutz. “Entiendo sus temores y su dolor. Entiendo su odio. Pero permítanme pedirles que no se dejen consumir por el odio”, declaró el diplomático número uno de la Unión Europea (UE) en el kibutz de Beeri.
Borrell dijo que “Israel debe ser defendido”, pero agregó que “un horror no justifica otro. Civiles inocentes, entre ellos miles de niños, han muerto en las últimas semanas” en Gaza. En tanto, un grupo de relatores de Naciones Unidas reclamó a la comunidad internacional que actúe para evitar un “genocidio” contra la población palestina y subrayó que las “graves violaciones” cometidas por el Ejército israelí desde el 7 de octubre, “particularmente en Gaza”, apuntan a “un genocidio en proceso”.
En un comunicado, dijeron que hay pruebas de un aumento de la “incitación genocida”, una intención abierta de “destruir al pueblo palestino bajo ocupación” y llamamientos a una “segunda ‘Nakba’ en Gaza y el resto de los Territorios Palestinos Ocupados”, en referencia a la huida de unas 700.000 personas de sus hogares tras la creación en 1948 del Estado de Israel.
En paralelo, el Ejército israelí sitió ayer un segundo hospital de la Franja de Gaza y prosiguió un operativo en busca de rehenes de Hamás, mientras que fuerzas israelíes arrojaron panfletos urgiendo a evacuar zonas del sur de Gaza donde se refugian cientos de miles de desplazados que escaparon del norte del enclave.
En ese marco, el ejército anunció que halló cerca del hospital Al Shifa el cuerpo de una mujer secuestrada el 7 de octubre. El cuerpo de la rehén “fue extraído por tropas del ejército israelí de una estructura contigua al hospital Al Shifa, en la Franja de Gaza, y trasladado a territorio israelí”, indicó un comunicado.