Patrullas de escuadrones neofascistas salieron ayer a las calles de Francia con bates de béisbol, saludos romanos y gritos de “Francia para los franceses”, en contra de los manifestantes que protestan tras la muerte de Nahel, un adolescente de familia iraquí, asesinado el martes pasado a manos de un policía francés.
En algunas ciudades del país, desde Lyon hasta Angers, se informó de bandas de jóvenes neofascistas que tomaron las calles en los últimos días amenazando a los manifestantes -muchos de origen árabe- que participaban en las protestas que desencadenaron enfrentamientos con la policía y algunas vandalizaciones edilicias.
En ese marco, alcaldes franceses condenaron ayer la ola de violencia que sacude, luego de que un auto en llamas fuera lanzado contra la casa de un intendente en una noche de choques entre jóvenes y policías.
La crisis ha vuelto a poner en aprietos al presidente Emmanuel Macron tras meses de protestas por una reforma jubilatoria, y desnudó otra vez la frustración en barrios desfavorecidos habitados por jóvenes franceses descendientes de inmigrantes que se sienten estigmatizados.
Los disturbios urbanos que estallaron casi una semana atrás causaron “al menos 20.000.000 de euros en daños”, para los transportes públicos de la región de París.
En esta suma se incluyen “los colectivos incendiados, un tranvía incendiado, dos tranvías dañados y el mobiliario urbano vandalizado”, precisó el organismo, Ile-de-France Mobilités (IDFM). En total, se incendiaron 39 colectivos en toda la región parisina desde que empezaron los disturbios.