El Senado francés aprobó el sábado la polémica reforma del sistema jubilatorio impulsada por el presidente Emmanuel Macron, que ahora queda a un paso de su sanción pese a multitudinarias protestas en su contra.
La votación fue un paso clave para la puesta en vigor de la reforma que eleva la edad jubilatoria de 62 a 64 años, que aún debe ser votada en la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento francés, esta semana.
Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen a la iniciativa que además adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa.
En ese marco, casi un millón de personas marcharon el sábado en las calles de toda Francia, siendo la séptima jornada de protesta.
De esta manera, bolsas de basura se acumulaban en la mañana del domingo en la capital francesa, con 5.400 toneladas de desechos sin ser levantados a raíz de una huelga de recolectores que ya lleva siete días.
Además de la recolección, también estaban paradas ayer tres plantas de incineración de basura ubicadas cerca de París, lo que explica que en algunos barrios, las bolsas ocupen toda la vereda, según informó la propia alcaidía.