El próximo domingo 4 de septiembre el pueblo chileno definirá si cambia su Constitución o seguirá manteniendo la misma que rige desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet.
La campaña por el plebiscito estuvo marcada por una fuerte presencia del gobierno de Gabriel Boric, quien no puede intervenir de manera directa, como también por las fuerzas opositoras y conservadoras con difusión de “fakes news” (noticias falsas).
Algunas de las que circularon son que se eliminaría la bandera, que se podría abortar hasta los nueve meses de embarazo o que se acabaría con la Policía. A esto se suman acusaciones contra el Servicio Electoral e incluso polémicas con testimonios falsos en la campaña televisiva de la opción “Rechazo”.
Por esto, la opción “Apruebo” presentó una plataforma web para el chequeo de información: Plebiscito Sin Mentiras. En tanto, durante el fin de semana se registraron incidentes entre partidarios y detractores.
Una marcha de ciclistas favorables llegó a la plaza Italia, epicentro de las protestas desde octubre de 2019, y se cruzó con otra organizada por gente del campo, que a lomo de caballo y en carruajes expresaba su rechazo a la propuesta.
Ambos grupos se enfrentaron a gritos, se lanzaron piedras e incluso algunos jinetes dieron latigazos a los ciclistas. También, el Gobierno denunció a un grupo por el “Apruebo” por ultraje de la bandera tras simular un aborto con el símbolo patrio.