Más de 200.000 personas salieron hoy a las calles en Israel por decimoséptima semana consecutiva en una nueva protesta contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamin Netanyahu, considerada antidemocrática por sus opositores, un día antes del reinicio de las sesiones parlamentarias en el país.
En la manifestación principal, en Tel Aviv, se proyectó un mensaje del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en calidad de presidente de turno de la Internacional Socialista.
«Queridos amigos israelíes, nosotros en la Internacional Socialista siempre hemos luchado por la libertad, la igualdad, la justicia y la democracia. Pero como muchos de vosotros sabrán, estos son valores que no podemos dar por hechos y que tenemos que fomentar y defender a diario», señaló Sánchez.
«Como tal, ahora, como siempre, los internacionalistas socialistas apoyamos con solidaridad al pueblo de Israel. Queridos amigos, siempre nos encontrarán en la lucha por la democracia», añadió, en declaraciones recogidas por la agencia Europa Press.
Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, cuestionó el video del mandatario español.
«Para los que se oponen a las reformas, no hay líneas rojas, incluido el intento de perjudicar el estatus internacional (de Israel)», escribió en Twitter.
«Ninguna entidad extranjera decidirá por el público israelí, y estoy seguro de que Sánchez no tenía esa intención. Como alguien que apoya la reforma, no tengo ninguna duda de que fortalecerá la democracia y equilibrará la autoridad», añadió, según The Jerusalem Post.
Anunciada a inicios de año por el Gobierno, que está en el poder desde finales de diciembre, la reforma judicial causa controversia en el país.
Netanyahu y sus aliados, un conjunto de partidos ultrarreligiosos y ultranacionalistas, dicen que el plan busca mejorar un sistema que da demasiada voz a los tribunales y asesores legales del Gobierno sobre cómo se elaboran las leyes y se toman las decisiones.
La reforma promovida por el Gobierno, el más de derecha de la historia de Israel, busca incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el rol de la Corte Suprema.
Los críticos dicen que alterará el sistema de controles y contrapesos del país y concentrará el poder en manos del primer ministro.
El domingo está previsto que se reanuden las sesiones ordinarias del Parlamento israelí, por lo que la oposición teme que los partidos que apoyan a Netanyahu reabran el proceso legislativo de la reforma, suspendido desde hace semanas por las protestas.
Además de la multitudinaria manifestación de hoy Tel Aviv, también se registraron importantes movilizaciones en Haifa 30.000, Kfar Saba 18.000 o Netanya 16.000, según las estimaciones de Crowd Solutions para la televisión Canal 13.
Los organizadores de las protestas anunciaron además una convocatoria para el próximo jueves de un Día de la Igualdad.
«Lucharemos por la igualdad en el servicio al Estado y en la contribución económica», en referencia a la intención del Gobierno de Netanyahu de eximir a los ultraortodoxos del servicio militar obligatorio de dos años.
«Los días en los que una parte presta servicio al Estado y además financia las yeshivas (escuelas talmúdicas) mientras el Gobierno intenta imponer una dictadura haláquica (religiosa) han terminado», advirtió la plataforma convocante.
El jueves pasado, el artífice de la reforma, el ministro de Justicia Yariv Levin, arengó a miles de personas que expresaban su apoyo a los planes del Gobierno en Jerusalén.
A esa marcha también acudió el ministro de Finanzas, el ultraderechista Betzalel Smotrich, quien prometió que el gobierno no se «rendirá» y aprobará la reforma.